02/10: Oda a Kirihito – Vol. 1 (280 Págs.)
Osamu Tezuka – Otakuland 2004
Como mencioné
que este es el mes del terror,
encontré hace unos meses, en una comiquería este manga de Osamu Tezuka, Oda a Kirihito, serie de tres tomos que editó en
su momento la desaparecida Otakuland
Manga bajo su línea de clásicos, al igual que Ayako (de
la cual ya hice la reseña). En estos dos años de blog, por mis manos han pasado
muchas obras de Tezuka, las suficientes
como para convencerme a cada lectura de que, este hombre fue, a pesar de su
peculiar y tosco estilo de dibujo, un genio, especialmente en lo que a
argumento se refiere, y con Oda a Kirihito se vuelve a confirmar.
Este
manga narra la historia de Kirihito
Osanai, un joven y prometedor médico que, inmerso en el complicado clima
político de las cúpulas médicas en el Japón de los años 60, decide investigar a
fondo una extraña enfermedad denominada Mal de Monmo,
la cual causa en aquellos que la contraen una transformación de sus cuerpos por
la deformación de huesos, y aparición de abundante vello corporal, lo que les
confiere un aterrador aspecto de bestia (como un perro).
Para
llegar a conclusiones concisas, Osanai
parte al remoto pueblo de Inugamizawa
para estudiar por qué hay un porcentaje tan elevado de casos en dicha aldea,
animado por su mentor, el ambicioso Tatsugaura,
su compañero Urabe e Izumi, su prometida. Sin embargo, una
vez en Inugamizawa, empieza a
sospechar que la enfermedad no es vírica y que el agua subterránea que los
aldeanos consumen tiene algo que ver.
Osanai termina por contraer el Mal
de Monmo. Desesperado, remite su informe al hospital universitario, pero Tatsugaura decide eliminarle de los
registros, ya que sus conclusiones van en contra de sus intereses. Osanai, resignado a renunciar a su
antigua vida, se casa con Tazu, una
joven aldeana que le acepta tal y como es, a pesar de su aterrador aspecto.
Tras la violenta y súbita muerte de su esposa, comienza el periplo de Osanai al ser secuestrado y llevado a la
fuerza a Taiwán, donde le exhibirán en el circo privado de un adinerado hombre
de negocios. Allí conoce a Reika,
con la que escapa, y con la que tendrá que correr peligros en el siguiente tomo.
Mientras, Urabe
viaja a Sudáfrica y ahí se entera de más casos de Monmo entre la población negra y, en concreto, de la afección en
una monja blanca llamada Helen. En
tiempos del apartheid, esto es considerado un hecho vergonzoso y humillante. Urabe se lleva a Helen a Japón y comienza una descarnizada lucha de poder, a medida
que se acercan las elecciones en el colegio médico nacional y surgen muchos
intereses a la hora de mostrar una tesis firme sobre la enfermedad.
La trama va complicándose a medida que los personajes se
sumergen en esa espiral autodestructiva del poder y el sacrificio, dando como
resultado un cuadro muy interesante sobre el antiguo sistema médico nipón, que
fue restaurado poco después. Tezuka,
como ya se sabe, era licenciado en medicina y provenía de una reputada familia
de médicos, algo que ha reflejado en un buen montón de obras, como, Black
Jack o El árbol
que da sombra.
Pero,
sin duda, el aspecto más curioso y notable de este manga viene especificado en
su nombre: Oda a Kirihito = Kirihito
deriva de Kirisuto, transcripción fonética de la pronunciación
japonesa de Cristo. El manga en sí es una analogía de La Pasión de Cristo, y
encierra un mensaje de esperanza para todos aquellos que son discriminados y
han de enfrentarse al dolor de la indiferencia y la intolerancia, como es el
caso de Helen, monja devota que,
debido a su enfermedad, sufre el desprecio social.
En
resumen, Oda a Kirihito me ha dejado un gran sabor de boca. Cuando
terminas de leerla, te invade esa sensación de desconcierto casi angustiosa que
te hace pensar y reflexionar, y luego de este primer tomo, ya quiero leer los
siguientes. Si tienen la oportunidad de echarle un vistazo, lo recomiendo, ya
que forma parte de esa “época oscura” en la que el autor alumbró auténticas obras
maestras. Sigo leyendo obras de terror en Octubre, el mes dedicado al terror en
el blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario