02/05: Metrópolis (160 Págs.)
Osamu Tezuka – Deux Studio 2007
Como siempre, vuelvo a reseñar una de las
obras del Dios del Manga, Osamu Tezuka. Sigo
con su etapa naif, en donde el autor aún apunta al público infantil, pero con
historias con runflas políticas o referencias a la tecnología y la Guerra Fría. En este
caso Metrópolis la publicó en el país la nefasta editorial Deux Studio, y como siempre, olvídate de saber quien tradujo la obra ni
de qué fuente hizo la adaptación para este producto lo cual se mantendrá en
incógnita. Podemos encontrar decepción en
el apartado grafico y los retoque de onomatopeyas, en cuentagotas desperdigados
solo en algunas viñetas y peor aún, dejando un sinfín de carteles y textos en
japonés que deberían haberse traducido como corresponde y ni siquiera fueron
sujeto de un asterisco.
Obviando la edición, el tomo único Metrópolis
es una pequeña joyita que se recomienda,
merece la pena y no ha de pasarse de largo. Puede que se haya dejado envejecer
pero es un clásico y marcó un antes y un después en la trayectoria de Tezuka, en él se empieza a perfilar los rasgos que
marcaran al maestro. Con un dibujo redondeado y detallado, con páginas en las
que, por ejemplo, tenemos una abarrotada habitación llena de personas y cada
uno tiene una cara y expresión diferente. Todo muy detallista y con claras
influencias disneyanas.
Tanto que hay un claro homenaje a Mickey Mouse.
Metrópolis se publicó originalmente en el año 1949, y
fue un trabajo que mandaron expresamente a Tezuka:
le dieron un año para crear un manga de 160 páginas de ciencia ficción y
este fue el resultado. El Manga no Kamisama toma la imagen de su protagonista (Michi)
de la portada de la película “Metrópolis”
de Fritz Lang
de donde sacó también el título: pero ahí acaba su parecido ya que Tezuka ni
siquiera había visto la película cuando ideó el manga. Además dos de sus
personajes que más reaparecen posteriormente en otras obras; el Barón
Rojo y Cerebroff se estrenan aquí por primera vez, a
la vez que también salen otros de sus habituales: Mostacho y Kenichi.
En cuanto al argumento, podría definirse
más o menos así: en una ciudad súper avanzada, en un futuro cercano en el que
la tecnología robo-humanoide es muy sofisticada, el niño detective Kenichi
se ve atrapado en un conflicto, mientras el poderoso político Barón
Rojo, afligido por la muerte de su hija contrata a un científico para
crear un reemplazo, un exquisitamente hermoso robot llamado Michi que
tiene la habilidad de cambiar de sexo. Como siempre, tenemos la moraleja del
peligro de una sociedad híper tecnificada, armamentística y discriminatoria (en
este caso reflejada por los humanos contra los robots).
Si no nos dejamos llevar por el dibujo de hace 8 décadas, estamos ante una obra muy disfrutable.
Si no nos dejamos llevar por el dibujo de hace 8 décadas, estamos ante una obra muy disfrutable.
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