26/05: Libertadores (48 Págs.)
Enrique Fernández – Glenat
2004
Como me había copado no hace mucho con
una obra del dibujante español Enrique Fernández,
rápidamente obtuve y leí su primer proyecto en el cómic, Libertadores. En comparación a la obra maestra La Isla Sin Sonrisa, se nota que esta es su primera incursión en el
mundo de la historieta, fuera de la animación, pero aún así cabe calificar como
heroico la publicación de una obra de
tamaña calidad, urdida, escrita y dibujada por un solo autor, de una calidad
media que ronda el notable alto, cabe la redundancia. Porque una primera obra
de este genial autor es igual a obras de autores que llevan años en el medio. Y
por suerte, fue publicada en el 2004 por la editorial Glenat.
Libertadores es una ficción, que bordea
la fantasía porque el elemento de hechicería es el eje de la historia pero en
realidad no existe. Ese juego con los referentes nunca vistos pero sí temidos
es el que anima la marioneta de la cubierta del libro, que representa al
personaje central de la aventura, San,
chico valeroso pero inocente, desprovisto de estatura heroica e incluso de
nombre (no sabían a que santo adjudicarle el patronímico y se quedó con “san” el día de su nacimiento). San se enrola con otros soldados y
guerreros para acudir a enfrentarse con El
Extraño, entidad malévola e inalcanzable que deja sobre sus víctimas marcas
en la piel, una especie de epidemia. Y en efecto lo es, porque el supremo
villano no se materializa, sólo se palpa el temor ante su contagio, que en
realidad es fingido por quienes desean sostener el poder que se cimenta en el
miedo. La historieta Libertadores es
por ello un seductor camino trazado desde la inocencia hacia la valentía,
pasando por alumbrar la ignorancia mediante el dolor y el regusto amargo del
poder.
Y digo seductor porque esta fantasía es
plasmada por Enrique Fernández con un
talento sin igual en el actual panorama español: dibujo llamativo,
configuración de espacios fascinante y un estimulante empleo del color y las
veladuras. Su trabajo sobre el papel parece heredero directo de su trabajo en
la animación aunque aquí va más allá en la plasmación de atmósferas dado el
grado de libertad que le permite el cómic.
El
guión se sostiene, pero en aras de su claridad se hubiera agradecido algo más
de alegría en el color, pues se pierde el reconocimiento de personajes
ocasionalmente. Igualmente estamos ante una historieta que ya de por sí es
efectista y efectiva, coherente, seductora y muy prometedora.
Enrique Fernández ha dado el salto de autor revelación a brillante con esta obra, pero se subió al podio de los genios en sus siguientes publicaciones.
Enrique Fernández ha dado el salto de autor revelación a brillante con esta obra, pero se subió al podio de los genios en sus siguientes publicaciones.
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