02/07: Buda
Vol. 6 (278 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini
2002
Con Siddartha recién iluminado (llamándose
ahora Buda), está listo para empezar
a compartir su sabiduría con los demás seres vivos. Los primeros en escuchar el mensaje de
Buda fueron una manada de ciervos, que se sentaron atentamente a escuchar sus
sermones sobre el sufrimiento universal. Pero al final de este tomo, lo tenemos
ya como un gran maestro, con muchas personas que quieren ser sus discípulos y
entienden que es un ser iluminado, y que tiene la salvación de sus almas. Así
que después de 5 extensos tomos anteriores, por fin el protagonista llega a su
etapa que todos conocemos, la de un monje sabio, aunque aquí se le otorga casi
una habilidad sobrenatural para la curación. Debo decir que hasta el momento,
es el tomo que más me ha entretenido, tal vez por que los personajes ya están
muy afianzados.
Y mientras la
historia de Buda se trata en predicar
su mensaje, Tatta y Yatala
se enfrentan como los campeones de dos ejércitos diferentes, con Tatta luchando en un intento de obtener
acceso a la familia real de su enemigo, para poder vengar el asesinato de su
familia; mientras que
Yatala es simplemente demasiado grande y feo para ser aceptado en cualquier
otro ámbito de la vida, así que vivir luchando es todo lo que puede hacer.
La ironía es que ambos quieren darse por vencidos y
seguir a Buda con sus enseñanzas.
Este sexto
volumen está lleno de crueldad y sacrificio en algunas partes, por lo que Osamu Tezuka, el Dios del Manga, lo mecha con muchas
escenas de humor anacrónicas, como que los personajes comenten hechos modernos
en este contexto antiguo donde transcurre la historia, y hasta hace que Tatta rompa la cuarta pared, al decir
que se saca el casco de combate porque a Tezuka
le dificulta dibujarlo muchas páginas así.
Me ha resultado también muy interesante la posición que Buda ha adoptado, entendiendo que debe
compartir sus hallazgos con los demás. Sin embargo, la enorme tarea de convencer a los demás de que
su camino es el mejor camino para llegar
a la iluminación y al reconocimiento de uno mismo, es todavía difícil de
abordar.
El guión de Tezuka es tan firme como siempre, añadiendo sus elementos de
post-modernos. Su obra
sigue siendo totalmente coherente, con los seres humanos caracterizados al
estilo manga, y los animales al estilo
Disney, y con asombrosas y hermosas vistas naturales que han caracterizado a la
serie desde el principio. Este es otra excelente
adición a una serie épica que no se debe perder.
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