sábado, 18 de julio de 2015

18/07: Death Note Vol. 7



18/07: Death Note – Vol. 7 (192 Págs.)
Tsugumi Ohba y Takeshi Obata – Larp Editores 2011

Justo cuando uno creía que todo estaba bien, Kira reaparece. Sí. De nuevo Light retoma su cuaderno sobrenatural y, despejando las dudas sobre su persona y sobre Misa a costa de sus propias memorias, un plan (un tanto rebuscado) que tuvo en mente desde que se unió a la investigación del caso con L. Finalmente se ven los planes de Light para concretar su misión, así como el primer paso para logarlo, y finalizar la rivalidad con L. Esto abre una caja de Pandora de lo más interesante ya que no solo aparecen nuevos involucrados en el caso, dos huerfanitos que pueden ser los sucesores de L, sino que todo el asunto del cuaderno sobrenatural está en los oídos del FBI y del bajo mundo criminal.

 Ahora no solo el jefe de la policía japonés ha sido secuestrado, sino que hay planes de un secuestro para la hermana de Light, a pesar de que el mundo está gozando de una paz casi impuesta a la fuerza, las cosas se le están complicando al protagonista, ya que ahora desde las sombras comienzan a amenazarlo. Y al parecer, los involucrados extranjeros en el caso de Kira son más insistentes que nunca y quieren ver, sin importar el precio, a Kira encerrado tras barrotes a como de lugar.
 De nuevo se agitan las aguas en la historia, cosa que agradezco como lector ya que la saga de los empresarios terminó de una forma muy buena, pero no veía el día en que iba a terminar, dando así el comienzo de la saga de los Sucesores de L, un dúo de huérfanos con métodos diferentes a la hora de trabajar, pero que cualquiera de los dos son los más cercanos sucesores al apodo L. Light sigue siendo un villano, un antihéroe bien desarrollado, interesante y por supuesto letal, pero también es bastante cansador con su “misión” y estar casi siempre reiterándola así sea de forma indirecta. Y finalmente en este tomo vemos la evolución de Misa como personaje, finalmente dejando de lado la faceta de “niña tonta”.
 Si bien Tsugumi Ohba se mantiene en su línea presentando un relato guionizado con su ingenio y densidad característica, este pierde calidad en comparación con la historia de la que habíamos estado disfrutando hasta ahora, pues, a partir de este nuevo número, se podría decir que comienza una nueva etapa de la historia. Tanto es así, que un capítulo del tomo se titula Cero. Aunque el guionista podría haber encaminado la historia por otro camino, Ohba prefirió alargar la trama, haciendo su nuevo arco argumental que parezca que la aparentemente inagotable imaginación del guionista comience a escasear. Aun así, este es capaz de seguir dotando a la historia de un guión que entretenga de manera más que decente al lector.
 El que no varía en su trabajo, como viene siendo costumbre, es Takeshi Obata, quien sigue presentando a los personajes con la misma calidad de siempre. Este continúa demostrando su habilidad para plasmar las emociones de los personajes mediante sus poses y sus rostros y para ofrecer un alto nivel de dinamismo y detallismo a las viñetas.
 A modo de síntesis, decir que nos encontramos ante un buen tomo, a pesar de que la historia decae y, aparentemente, no parece que vaya a retornar al nivel alcanzado en las anteriores ediciones, pero viendo la trayectoria de Tsugumi Ohba, no se puede dar por seguro nada. Aun así, nos encontramos con un tomo más que recomendable para aquellos que han estado siguiendo la historia hasta ahora.

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