10/02: En Silencio (176
Págs.)
Audrey Spiry – Diábolo
Ediciones 2014
Más que una novela gráfica, En Silencio
es una experiencia. Arranca como una historieta más o menos normal,
costumbrista, cotidiana. Incluso, si se quiere, inofensiva por su anclaje en la
realidad más accesible. Visualmente atractivo por su festival de formas y
colores, sobre eso no cabe duda desde la primera página, pero acaba siendo
mucho más que eso, convirtiéndose en una vivencia única, en un placer sensorial
casi inabarcable y en un relato humano fascinante. Audrey
Spiry saca imágenes y transformaciones oníricas verdaderamente
asombrosas, convirtiendo el agua en algo más que un personaje, un escenario o
un medio para contar una historia. El líquido elemento cobra vida, envuelve a
los protagonistas y recubre no sólo sus cuerpos sino también sus sueños, sus
ilusiones y sus miedos.
Spiry transforma una historia lineal en
una precisa pieza cargada de imaginación y en la que el lector se adentra con
la misma fascinación que los personajes en su aventura porque no le queda más
remedio. Sólo hay un camino, corriente abajo, y ahí Spiry encuentra en su narración los mismos recovecos que sus
protagonistas en el trazado del río hacia rincones del alma que son
terriblemente difíciles de explorar. Y por eso, esto es cómic con mayúsculas.
Spiry intriga con
un prólogo mudo de una sola página. Después captura con una sola frase bajo un
punto blanco en dos páginas en rojo: “Yo
estaba a un lado del mundo y tú, en el otro extremo”. Más adelante muestra
una aventura más o menos cotidiana y accesible, la de un grupo de exploradores,
una pareja y una familia que se acaban de conocer, a los que un guía de
barranquismo conduce por un paraje casi virgen. Y todo eso lo muestra con un
preciosismo visual y pictórico que no es fácil de asimilar en un primer
vistazo, aunque los colores fluyan con una naturalidad apasionante. Pero poco a
poco Spiry va deslizando pequeños
guiños. Pistas para entender que no es una novela gráfica de aventuras lo que
tenemos entre las manos. Página a página, va creciendo la sensación de que al
mismo tiempo que se explora el río nos estamos adentrando en el alma humana, en
la de la protagonista femenina de la obra, Juliette,
que acaba llevándose los mejores momentos de la narración porque es su
imaginación, su miedo y su ilusión lo que en realidad está dibujando Spiry desde el principio.
Engaña,
efectivamente y dicho esto desde la apreciación más sincera y elogiosa hacia su
trabajo, porque desde el principio, casi desde la ilustración de cubierta, En Silencio no
dice nada concreto sobre la historia en la que va a sumergir al lector y sólo
promete fascinar desde su aspecto visual, desde la imaginativa plasmación del
agua que consigue Spiry con sus
pinceles, y no sólo con las formas sino también con los colores. La autora
vuelca en sus acuarelas todos sus conocimientos sobre el mundo de la animación
y consigue insuflar un movimiento casi surrealista a imágenes fijas y
recuadradas en viñetas.
En Silencio
tiene en su título casi una invitación obligatoria a la forma en la que hay que
ir descubriendo las maravillas que se encierran en sus casi 200 páginas, una
cantidad que puede parecer elevada pero que se devora en un suspiro pero que,
tan fascinante como es, pide a gritos volver de nuevo a la primera página para
reiniciar la aventura una y otra vez.
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