23/02: Aquaman: Especial
Verano 1-2 (100 Págs.)
Neal Pozner y Craig
Hamilton – Ediciones Zinco 1989
La miniserie Aquaman (de cuatro
números) de 1986 se hizo famosa por el traje de
bailarín que lucía el protagonista. Fue uno de los muchos intentos que ha hecho
la editorial de hacer popular a un personaje que nunca ha terminado de cuajar
entre los lectores. Además, es un de los pocos títulos de este eterno segundón
de la Liga de la Justicia que se han
publicado al español en su época. Lo hizo Ediciones
Zinco hace ya muchos años en estos dos números sacados como Especial Verano
y, digamos que esta reseña está dedicada a los fanáticos del Universo DC que
andan sueltos por ahí.
En
1984, Dick Giordano, vicepresidente
de DC, ofreció a Neal Pozner la posibilidad de renovar a cualquier
personaje que por aquel entonces no tuviera serie propia. Pozner pensó en Aquaman,
presentándole algunas ideas a Giordano.
Entre ellas, una modernización del uniforme, que no había cambiado nunca y que
no gozaba de valor icónico. También quiso profundizar en la historia de Atlantis y en meter a Aquaman en aventuras bajo el agua porque
cuando estaba en la superficie perdía parte de su potencial. Para el dibujo, eligieron
a Craig
Hamilton, que sería capaz de plasmar el preciosismo que requería el
guión de Pozner.
Aquaman y su esposa Mera vivían por aquel entonces en Venice (California), una ciudad que
arrasó el Amo del Océano con poderes
que hasta entonces no había tenido. Tradicionalmente, el villano contaba para
sus fechorías con armas de todo tipo y a cuál más extraña. Sin embargo, Arthur no tendría tiempo para reflexionar
porque lo requería Vulko, el rey de Atlantis. Tras los últimos contactos
con el mundo de la superficie, su pueblo estaba inquieto por cambios que no
terminaba de asimilar y, para terminar de complicarlo todo, alguien había
robado un artefacto llamado Sello Real.
Vulko proporcionó a Arthur un traje
de camuflaje para que viajase a la ciudad hermana de Thierna Na Orge, cuyos habitantes magos parecían haber cometido el
robo. Allí conoció a Nuada, la
hermana de la reina de la ciudad y anterior monarca ella misma. También allí se
había cometido un robo; en su caso, se trataba del Lia Fail, el objeto que señalaba a su portador como soberano. Tras
muchas impericias, descubrirán que el malvado Orm había encontrado en una antigua biblioteca atlante un pergamino
que hablaba de seis cristales que contenían la antigua magia de su nación;
entre ellos, estaban el Sello Real y
el Lia Fail. Poco a poco, los fue reuniendo hasta convertirse en un
poderoso hechicero. Tras relatar a Nuada
su origen, el de su hermano y el de su eterna enemistad, Aquaman decidía
detenerlo en el plano de la magia con ayuda de su nueva amiga. Al final, era el
amor de Arthur lo que destruía a su
hermano, que perdía así el poder que le conferían los cristales.
La verdad es que la miniserie tuvo bien poca
repercusión más allá de lo más superficial, es decir, el nuevo uniforme de Aquaman. Y no tardaron mucho en quitarlo
de enmedio. Es posible que no se hubiera hecho de haber tenido éxito la
miniserie pero, al final, Aquaman
obtuvo un nuevo origen repleto de revisiones retroactivas a partir de 1989.
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