14/10: Hellsing – Vol. 1 (192
Págs.)
Kohta Hirano – Editorial Ivrea
2008
Y si nos centramos en la figura de Drácula, el personaje de
ficción de terror por excelencia, que pasó a la popularidad debido a la novela
de Bram Stroker, no podemos olvidar al manga que adoptó este personaje
como protagonista. Hellsing nació allá por el
año 1997 en la revista Young King OURs de la mente de un dibujante
llamado Kohta Hirano,
que hasta aquel momento era conocido poco más que por sus trabajos hentai, y que previamente había trabajado
como asistente de mangaka. Muchos de esos trabajos previos son muy difíciles de
encontrar hoy en día, y algunos de los personajes de Hellsing, tales
como el comandante Max Montana y Pip Bernadotte, fueron diseñados
y utilizados con anterioridad para un manga hentai del autor conocido
como Coyote.
Kohta Hirano creo sin duda un nuevo
estilo de manga y de dibujo. Esa absoluta irregularidad en todas y cada
una de las viñetas, perspectivas que muestran extremidades inusualmente largas,
imágenes recargadas y muy oscuras,
toques occidentales en los rostros, y un abuso del dibujo en blanco sobre negro, todo ello
aderezado con un estilo grotesco y
violento. Esa es la magia Hellsing, que se situó fuera de
los cánones del momento, pero no solo por el apartado visual, sino también por
temática, personajes e historia. El autor recibió no pocas críticas por Hellsing, tanto
por el dibujo como por el desarrollo tan caótico de la obra, algo de lo que se
ríe en las tiras cómicas del final de cada tomo, con un buen “lo hago como
me sale de los huevos”. Y es que como se verá mas adelante, o como se puede
comprobar si se leen esas historietas al final de cada tomo que bien merecerían
un análisis propio, el autor tiene toda la pinta de ser un friki.
El manga se desarrolla en este primer en
Inglaterra, con una la organización
secreta inglesa conocida como Hellsing.
Esta es una organización que se encarga de controlar lo paranormal, concretamente los vampiros y otras bestias malignas, utilizando para ello a un vampiro, el más
poderoso de ellos.
Sir Integra Hellsing es la dama de dicha organización, a cuyas ordenes tiene a Alucard, un vampiro cuasi omnipotente
que liberó de su cautiverio en el sótano de su mansión cuando era niña mientras
huía de su tío, el cual intentaba asesinarla para así poder quedarse con la
herencia de su hermano y padre de Integra, el cual había aprisionado a Alucard
en la mansión.
En un pequeño pueblo al norte de Inglaterra, se comunica que ha habido una serie de asesinatos en extrañas circunstancias. Un pequeño escuadrón policial es enviado al lugar, para ser ferozmente diezmado por los restos de los lugareños, convertidos ahora en zombies. El responsable parece ser el párroco del lugar, el cual en realidad resulta ser un vampiro. Ahí es donde Hellsing entra en acción enviando una única unidad: Alucard. El cura captura como rehén a la única superviviente del grupo policial, Ceres Victoria. Alucard dispara al párroco a través del cuerpo de Ceres después de preguntarle si es virgen, tras lo cual la convierte en su sierva, una vampiresa a órdenes de la organización Hellsing. Más tarde, en una misión para cazar a un vampiro en Irlanda del Norte, Alucard se enfrentará por primera vez con el Padre Alexander Anderson, paladín de la iglesia católica. Un cura maníaco y extremadamente violento con capacidades físicas y regenerativas mejoradas artificialmente, que rivalizara con Alucard pese a estar en un territorio propiedad de la iglesia anglicana.
En un pequeño pueblo al norte de Inglaterra, se comunica que ha habido una serie de asesinatos en extrañas circunstancias. Un pequeño escuadrón policial es enviado al lugar, para ser ferozmente diezmado por los restos de los lugareños, convertidos ahora en zombies. El responsable parece ser el párroco del lugar, el cual en realidad resulta ser un vampiro. Ahí es donde Hellsing entra en acción enviando una única unidad: Alucard. El cura captura como rehén a la única superviviente del grupo policial, Ceres Victoria. Alucard dispara al párroco a través del cuerpo de Ceres después de preguntarle si es virgen, tras lo cual la convierte en su sierva, una vampiresa a órdenes de la organización Hellsing. Más tarde, en una misión para cazar a un vampiro en Irlanda del Norte, Alucard se enfrentará por primera vez con el Padre Alexander Anderson, paladín de la iglesia católica. Un cura maníaco y extremadamente violento con capacidades físicas y regenerativas mejoradas artificialmente, que rivalizara con Alucard pese a estar en un territorio propiedad de la iglesia anglicana.
En conclusión Hellsing es hoy por hoy
una de las mejores obras
publicadas en su genero (en el país
publicada por Editorial Ivrea)
que posee un estilo y temática únicos,
y es un absoluto imprescindible
en toda estantería, tanto de los aficionados al shonen como al seinen.
Desde su “pésimamente genial”
dibujo a lo irreal e
inverosímil, pero igualmente fantástico de la historia, los perdonables
defectos se convierten en las virtudes de esta obra. No hay verosimilitud física
ni biológica, tampoco religiosa, y muchísimo menos política, pero da igual: Hellsing
es tremendamente divertido y su
protagonista carismático como ninguno. Una compra obligatoria para los fans del manga fantástico e irreal y una de mis favoritas personales, a la cual empiezo su relectura.
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