23/10: Los Mitos de Cthulhu (96 Págs.)
Alberto Breccia – Doedytores 2011
Lovecraft era un maestro de la palabra, y lo puso de manifiesto,
especialmente, en su serie de relatos de Horror Cósmico. Sus descripciones
sobre los hechos que en ellos acontecen son, si se me permite la licencia,
impresionistas: aparecen desenfocadas como el propio horror que relatan. Esa
imposibilidad que traen consigo las criaturas de los mitos se ve reflejada en
la propia escritura, en el modo en el que, a través de la visión de los
protagonistas, se nos describe la locura, la oscura perturbación, con la que
dichos seres violan nuestro espacio natural, nuestra lógica. La pregunta del
millón es ¿cómo es posible dar esa misma sensación con ilustraciones? La editorial Doedytores nos trae la respuesta en este volumen titulado Los Mitos de Cthulhu, un arriesgado
proyecto de Alberto Breccia en el que se
repasan algunas de las más sugerentes historias de H.P. Lovecraft.
“El ceremonial”, “La cosa en el umbral”, “La
sombra sobre Innsmouth”, “La ciudad
sin nombre”, “El horror de Dunwich”,
“La llamada de Cthulhu”, “El color que cayó del cielo”, “El morador de las tinieblas” y “El que susurraba en las tinieblas” se
concatenan transportando al lector a un mundo sombrío e inquietante como sólo
el maestro del terror que era Lovecraft
podía haber creado. Adaptados por Norberto Buscaglia
o por el propio Breccia, los textos
originales aparecen transformados al formato cómic, acompañando las
ilustraciones o a modo de diálogos. Sin duda, los puristas encontrarán que la
prosa ha adquirido un papel secundario en esta obra, y hasta cierto punto es
así.
Los Mitos de Cthulhu es un cómic, no una serie de relatos ilustrados. El peso de la
narración reposa, a pesar de la respetuosa adaptación que se ha hecho de los
originales, en la imagen. ¿Bueno o malo? A mi parecer, distinto. Las
ilustraciones de Breccia, en las que
se combinan distintas técnicas –desde acuarelas a colage- siempre en un
opresivo blanco y negro, son de una genialidad indiscutible. Transmiten toda
esa sensación de caos, de malformación de la realidad, de locura, que los
propios relatos de Lovecraft retrataban.
Y no es algo sencillo sin caer en el exceso. La elegancia desplegada desde el
primer relato, “El ceremonial”, me
cautivó. Por fortuna, el embrujo no se rompió en ningún momento a lo largo de
la extensa obra. Las sombras, los vacíos, los contrastes entre negros y
blancos, a veces contrapuestos, a veces mezclados hasta que no es posible
distinguirlos, los magistrales juegos de sombras; todos estos elementos,
omnipresentes a lo largo de toda la obra crean una atmósfera irrepetible.
En mi opinión, es una adaptación muy
acertada de un tema muy difícil. Un artículo de disfrute para aquéllos que
conozcan bien la obra de Lovecraft y quieran rememorarla o descubrirla bajo una
óptica distinta. Una obra muy recomendable también para aquéllos que quieran
adentrarse en los mitos de Cthulhu y no sepan por dónde, pues sin duda les
dejará con ganas de más, y, finalmente, una buena elección para los amantes de
la estética oscura, de los cómics siniestros, pues la técnica empleada para
plasmar los elementos primordiales, e indispensables, del horror cósmico es,
sin duda, impecable.
En
conclusión, una adaptación que, en su trasgresión de los cánones de ilustración
clásicos, se adecua a la perfección a la obra que pretende volver a narrar, una
edición de lujo para un artista de lujo retomando, con respeto, a un maestro.
Un cómic, en definitiva, que hará las delicias de los amantes del horror más
surrealista. Un buen trabajo artístico y editorial, sin duda
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