14/06: Vagabond – Vol. 33 (226
Págs.)
Takehiko Inoue – Editorial
Ivrea 2010
La obra por la que el
público mayoritario reconoce a Takehiko Inoue sigue siendo Slam Dunk,
el famoso shonen
manga
sobre el mundo del baloncesto, un deporte que el mismo autor práctico durante
sus años estudiantiles. Concluida dicha serie, Takehiko Inoue
presentaría propuestas como Buzzer Beater, de nuevo centrada en el
mundo del baloncesto pero con un corte futurista, pero el éxito le sería
esquivo hasta 1998, que volvería con una proposición atípica hasta el momento
en su carrera: Vagabond. En este nuevo proyecto, tomando como base la
novela de Eiji Yoshikawa, el
aclamado autor se lanza a relatar la historia de Musashi
Miyamoto, un histórico guerrero y espadachín del Japón
feudal. Y nada más oportuno que seguir leyendo este manga que me fascina, luego
de leer el libro en el que se basa que reseñé el mes pasado.
En la propuesta de Takehiko Inoue, el manga intenta
profundizar en la psicología de Musashi Miyamoto desde un
punto de vista realista y humano en la que prevalece cierto sentido intimista y
reflexivo que consigue empañar toda la trama y marcar el ritmo de la misma. Por
supuesto, Vagabond es una historia clásica de samuráis y como tal esta
repleta de grandes dosis de épica y vibrantes escenas de acción a las que el
autor es capaz de imprimir una destacada y abierta sensación de movimiento y
una sobria y estética espectacularidad. Pero el Vagabond de Musashi Miyamoto no se precipita en su búsqueda, el
relato avanza lentamente puliendo cada momento y de forma pausada su ritmo se
estiliza y alarga convirtiendo su excelso dibujo, siempre al encuentro de
nuevos enfoques y puntos de vista. Esta es una de las mayores virtudes de Vagabond
aunque, por eso mismo, por su marcado y pausado tono novelesco, estamos
hablando de un manga no recomendable para todos los públicos, o al menos
descartable para aquellos que prefieran una lectura más ágil y rápida en sus
planteamientos y desarrollo, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de tomos
que tiene.
Hablando de la historia de este tomo (que recopila los
capítulos 288 al 296), ya comienza con un recurso interesantísimo, que es un
pequeño vistazo al futuro de uno de los personajes, de Matahachi, que ya viejo, sentado en el puente donde espera a
Musashi, le cuenta a las personas a cambio de monedas, la historia de este
legendario samurai. Y luego volvemos al “presente” de la historia, y este
recurso se utilizaré en todo el tomo, por cierto. Se nos cuenta qué es de la
vida de Musashi a lo largo de 7 años
en la región de Kakura, antes que se enfrente a Sasaki Kojiro, el genio de la espada con el que tendrá una pelea
final. En esta previa, Musashi vive
con una familia que lo aloja a cambio que trabaje sembrando, y allí se pregunta
si su camino de la espada asesinando personas vale la pena, piensa abandonar su
vida de vagabundo, y descubre la vida en familia y hasta el nacimiento de una
nueva vida. Impactante es la escena que se despide de esta amable familia
llorando mientras se aleja, sin que nadie lo vea, decidido a volver a
vagabundear para desafiar a Sasaki Kojiro
y saber si existe alguien más fuerte que él.
Es
fácil descubrir en Vagabond una
historia realmente absorbente relatada con fuerza y con precisión a la par que
hace gala de una austeridad y contención muy apropiadas respecto al género de
samuráis, que tantos mangas (la novela del mes pasado incluida) he leído y me
encanta.
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