06/09: Scalped
Vol. 5: Triste y Solo (130 Págs.)
Jason Aaron, R.M. Guéra, Davide
Furnó y Francesco Francavilla – Planeta
DeAgostini 2010
Nueva
entrega de la magistral serie creada por Jason Aaron y R.M. Guéra, una
auténtica joya sobre la que estuve leyendo y reseñando en este año, y pueden
leer las reseñas pasadas en la etiqueta de la serie. No voy a entrar en
innecesarias reiteraciones sobre sus virtudes, ni quiero enumerar más motivos
para convencerlos de que le den una oportunidad. Sólo digo que es, sin ningún
tipo de dudas, una de las mejor series de la línea Vertigo de DC Cómics,
y me atrevo a decir que entra en el panteón de las tres mejores de este sello,
y de las mejores historietas en general. El mérito, claro está, es de los
autores. En este quinto tomo tenemos, como desde el inicio de la colección, a
un Jason Aaron inspiradísimo, que
demuestra una vez más porqué está resultando ser uno de los guionistas más en
forma del mercado actual, tejiendo una historia de serie negra trepidante que
engancha desde el primer número.
En este tomo en concreto, Aaron hace avanzar la línea
argumental principal (dibujada con su habitual maestría por R. M. Guéra) en la que se producen
importantes revelaciones y se vislumbran trascendentes acontecimientos para el
futuro; pero además introduce un personaje nuevo (cuyo pasado está
estrechamente relacionado con el protagonista Dashiell "Caballo
Terco") y desarrolla una trama de puro género negro, con una increíble,
explosiva y violenta resolución, en la que "Caballo Terco" -
inmerso en los últimos tiempos en una espiral autodestructiva - le ve las
orejas al lobo y parece decidido a dar un giro drástico a su deriva.
Entre medio, el genial guionista nos ofrece
dos números de transición (dibujados por Davide Furnó, otro habitual de la serie,
y Francesco
Francavilla), en los que a modo de flashback, se esfuerza (con
espectaculares resultados) en explorar el pasado y en definir el carácter y el
perfil psicológico de dos importantes personajes: el agente Nitz
y el mestizo Diesel. Los lectores habituales de la serie sabrán que este
par son unos “mierda”, con los que a
nadie le gustaría toparse nunca en la vida. Pues bien, Aaron logra que empaticemos con ellos, pues al saber más de sus
vivencias en el pasado, comprendemos mejor porqué actúan como actúan en el
presente. Es decir, como todos los personajes de la serie, también tienen sus
luces y sus sombras. Aquí no buenos ni malos, no hay blanco y negro, sino que
todo es de color gris. Un gris con muchísimos matices.
En definitiva, ya tengo ganas de leer el siguiente tomo que, según he leído, resulta casi tan bueno como éste. Y no es de extrañar.
En definitiva, ya tengo ganas de leer el siguiente tomo que, según he leído, resulta casi tan bueno como éste. Y no es de extrañar.
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