20/06: Las Aventuras de Tintín Vol. 6: La Oreja Rota (64 Págs.)
Hergé – Juventud
Editorial 2003
Esta aventura de Tintín, titulada La Oreja Rota, empezó a publicarse en Le Petit Vingtième a
finales de 1935 y salió en volumen en 1937. Fue puesta en color en 1943. Aquí
una vez más, Hergé incluye alusiones de la
actualidad mundial. El conflicto entre San
Teodoro y Nuevo Rico por el
petróleo está basada en la sangrienta guerra del Gran Chaco, que enfrentó
al Paraguay y a Bolivia durante los años treinta y duró tres años causando más de
100.000 muertos. Hergé es casi
absolutamente fiel a la realidad. Convierte "el Gran Chaco" por
"el Gran Chapo" y transforma los nombres de dos compañías petrolíferas,
pero todo el resto es de una exactitud escrupulosa. Además, en este álbum Hergé nos describe el primero de sus
países imaginarios, de los que hará posteriormente una de sus
especialidades.
El
robo de un fetiche arumbaya del museo etnográfico lleva a Tintín a la república sudamericana de San Teodoro. Allí se ve inmerso en la guerra de este país con su
vecino Nuevo Rico, y se convierte en
ayudante del general Alcázar,
controvertido personaje que volveremos a encontrar más adelante en otras aventuras.
Tintín se adentra en la selva hasta
encontrar a los Arumbayas y descubrir el misterio del fetiche robado. El
fetiche arumbaya, objeto de todas las codicias, es en realidad una estatuilla
precolombina de madera perteneciente a las colecciones de los Museos Reales de
Arte y de Historia de Bruselas. Esta estatuilla tiene poca relación con los
objetos de la región amazónica. Al parecer, procedería de la región de Trujillo
(norte del Perú). La oreja rota es también un “running gag” (chiste
recurrente) del verdadero/falso robo del fetiche.
La Oreja
Rota tiene un fuerte contenido político y social, algo que logra eclipsar
completamente la aventura, que casi queda como segundo plano. Hergé postula
la idea de que los dictadores y los regímenes de las repúblicas llamadas “bananeras”
o “tercer mundistas” están manipulados por las altas finanzas internacionales y
las corporaciones industriales militares de las grandes potencias del momento,
es decir, los Estados Unidos y Gran Bretaña. Son ellos los responsables y los
instigadores de los golpes de estado, de las revoluciones y de las guerras. Una
idea de la cual Hergé se documentó y no le falta razón.
Así que
estamos ante un álbum atípico a lo que venía leyendo de Tintín, en donde
la crítica política toma especial importancia, y es por eso que la historia te
logra enganchar, aunque como siempre, peque de ser inocentona, muy anquilosada
en su época de publicación. Como punto negativo, la aventura y el humor muy a
cuenta gotas.
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