02/10: El Árbol que Da Sombra – Vol. 6 (318 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini
2006
Como comenté hace ya
varios meses, cuando venía leyendo este gran manga llamado El Árbol que Da Sombra
del Dios del Manga Osamu Tezuka, retrata una peculiar época de Japón: el bakumatsu, el
declive del shogunato Tokugawa que ha mantenido al país aislado y en férrea paz
durante dos siglos y medio. Para los japoneses, el gobierno militar de los
Tokugawa, el bakufu, era como un gran árbol a cuya sombra había
prosperado el país. Pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el
árbol está podrido y comienza a dar síntomas de debilidad. Sigue en pie, ya que
sus raíces son profundas, pero es cuestión de tiempo que muera y se venga
abajo. En El Árbol que da Sombra toman la palabra aquellos que quieren
mantener al árbol en pie a toda costa, ignorando que por dentro se encuentra
enfermo y moribundo siempre que puedan mantener el sistema, y aquellos que
quieren talar el árbol y entrar en una nueva época, aunque sea a golpe de
sangre y acero.
Este
sexto tomo sirve más como transición, ya que ocurre pocas cosas
trascendentales, y se nota mucho que hay mucho relleno, y estas más de 300
páginas se podrían haber contado tranquilamente en 200. Aún así, tenemos
algunos hechos para destacar. Heisken
toma bastante protagonismo, primero con su pelea con el Cónsul norteamericano,
que Manjiro logra arreglar, y luego
su enamoramiento y obsesión con O-Seki.
Esta obsesión llegará tan lejos que producirá una violación, y la ira de Manjiro, que renuncia seguir siendo el
guardaespaldas del cónsul y su traductor. Para complicar las cosas, tenemos una
facción de samuráis que realizaran diferentes atentados contra cualquier
extranjero, en una feroz lucha por mantener el poder.
Ya
al final de tomo, tenemos la muerte del padre de Ryonan Tezuka, algo que ya se venía anunciando en tomos pasados.
Para seguir con el legado de su padre, Ryonan
tomará el nombre de su padre y se hará cargo de su “hospital”.
El Árbol que Da Sombra es
un relato complejo y divertido, sazonado con el peculiar estilo de Tezuka, capaz de dotar de un cariz
humorístico hasta las situaciones más dramáticas. Una obra ambiciosa que pretende
retratar una época muy difícil, pero que lo logra con gran éxito. A pesar de lo
ambicioso de la empresa, el autor triunfa sobre las dificultades y consigue que
el lector (pese a ser un occidental sin competencias sobre la historia de
Japón) comprenda y se interese por las peculiaridades de aquella sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario