01/01: All-Star
Superman (328 Págs.)
Grant Morrison y Frank Quitely
– ECC Ediciones 2014
El año pasado lo comencé y cerré con una
reseña de Superman, y entonces me
pareció adecuado comenzar el segundo año del blog con otra reseña dedicada al
¿último? hijo de Kripton. Aunque en los últimos tiempos su primacía haya
decaído en beneficio de otros personajes como Batman o Green Lantern y su franquicia se vea
sacudida por vaivenes editoriales y
bailes de autores, solamente hay que ver la excelente recibida a su aparición
cinematográfica para comprobar que Superman
siempre será el primero de los superhéroes. Algo tendrá el agua cuando la
bendicen y algo tiene Kal El para convertirse en el tipo de encargo con el que
toda la profesión sueña. La línea All Star ha sido una de las premisas
más atractivas que ha presentado el cómic estadounidense en los últimos años.
Personajes de primera línea que presentaban lo que debían ser los caracteres
definitorios del arquetipo de la mano de autores de primera línea. Los dos primeros
proyectos, centrados en Superman y Batman, resultaron ser los últimos. Sin
embargo el primero, que ECC vuelve a editar en España, sirvió para que Grant Morrison
y Frank
Quitely hicieran disfrutar incluso a quienes no eran seguidores
de Superman.
Confieso
que nunca he sido un gran seguidor del personaje, y aún así era inevitable
acercarse a los trabajos que habían realizado con él autores como Alan Moore, John Byrne o Kurt Busiek.
Tenía que comprobar por mí mismo si las alabanzas vertidas sobre este All
Star Superman eran proporcionadas o un tanto exageradas. Después de la
lectura tuve que dar la razón a quienes me advertían de que era el mejor cómic
del personaje en mucho tiempo.
No
es la primera vez que Morrison
realiza una labor de estas. La dualidad Kal
El / Clark Kent, la singular relación con Lois Lane, la presencia de Jimmy
Olsen como amigo y aventurero, el trabajo en el Daily Planet bajo las órdenes de Perry White, las amenazas de
enemigos como Bizarro o, por
supuesto, Lex Luthor, el cuartel
general del héroe y elementos tan misteriosos y sugerentes como la ciudad
embotellada de Kandor o el exilio de
la Zona Fantasma. Sería inconcebible contar una historia arquetípica de Superman sin estos ladrillos y muy
probablemente lectores con más afición de verdad señalarán unos cuantos más.
Morrison parece partir de la premisa de que todo lo contado sobre el personaje
puede valer, pero el espacio es limitado y ha hecho una buena selección de unos
clásicos que pueden identificar el lector del kriptoniano, pero también el
telespectador de series como Smallville
o el cinéfilo. El aficionado experimentado podrá identificar mil pequeños
detalles que, afortunadamente para los legos, se recogen en los artículos
explicativos que acompañan al tomo.
La
historia presenta a un Superman en el
apogeo de su gloria, pero también en el prólogo de la que podría ser su última
aventura. ¿Cómo afrontaría la situación definitiva? Kal El es un semidiós contemporáneo que afronta su versión de los
trabajos hercúleos como preludio de un final que bien podría suponer tanto la
muerte como la eternidad. Aquí encontramos elementos que evocan el trabajo de Morrison al frente de la Liga de la Justicia y la historia
ambientada en un futuro distante. Todo se aprovecha, hasta las disparatadas
aventuras de Jimmy Olsen. Todo pasa
por el tamiz interpretativo de las ilustraciones de un Frank Quitely en estado de gracia que vuelve a encandilar logrando
algo que no está a la altura de todo el mundo: convencernos de que Clark Kent y Superman pueden pasar por individuos diferentes, más allá de las
gafas y el peinado.
La
nueva edición española constituye una oportunidad inmejorable (aunque dolorosa
para el bolsillo al venir importada desde España) de hacerse con un cómic
irrepetible que es buen botón de muestra del gran trabajo desarrollado por Morrison en DC en los últimos años. Con All
Star Superman podemos creer que
realmente un hombre puede volar.
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