14/01: Death Note – Vol. 4 (192 Págs.)
Tsugumi
Ohba y Takeshi Obata –
Larp Editores 2011
Cuarto
tomo de Death
Note, el elogiado shonen manga (género de historias de
origen nipón dedicadas principalmente a los adolescentes) que corre a cuenta del
guionista Tsugumi Ohba y del dibujante Takeshi Obata.
Ambos han sabido crear una obra en la que prima el género detectivesco, a pesar
de tener pequeños matices fantásticos, con la que han conseguido conquistar a
lectores de todas partes del globo. Además, gracias la forma tan inteligente de
desarrollar la historia y a los temas que trata, esta no solo ha conseguido
adeptos entre los lectores más jóvenes, pues atrapa a todo aquel que se acerque
a la misma, independientemente de su edad.
En
el tomo anterior vimos como L se presentaba como tal ante
Light Yagami, pidiéndole ayuda para dar así con más facilidad con Kira,
bajo cuya identidad se encuentra el propio Light.
Pero L no solo quería que Light colaborara con él, sino aprovechar
para tenerlo más vigilado, pues L
considera a Light el principal
sospechoso de ser Kira. En este tomo
vemos cómo aparece Misa Amane, un nuevo
personaje que también posee un Death
Note y el Ojo del Shinigami. Tras contactar con Light y dándose a conocer
como la segunda Kira, Misa es atrapada por L, quien la consideraba como la segunda Kira, para que le diese más información
sobre el auténtico Kira. Pero, aunque
él no lo supiese, sus planes se fueron al traste cuando Rem,
el shinigami de Misa, decidió por el bien de la misma abandonar a esta y, por
ende, ella perdió todos los recuerdos sobre el Death Note. Esto provoca que Light,
con el fin de evitar que L averigüe
la verdad sobre Kira, decide abandonar
su Death Note y a Ryuk, olvidando
todos los recuerdos relacionados con los mismos.
Un tomo agitado desde el comienzo, mostrando
que Light no es tan perfecto y que su
torcida moral lo impulsa a lo que sea, como manipular a una chica y fingir
demencia, ciertamente algo inusual en los “héroes” de algunos mangas, pero si
se analiza con cautela el asunto, nos damos cuenta que Light dista mucho de ser el héroe en la serie, de hecho conocemos
su punto de vista como el villano de la misma. Y como si esto fuera poco,
tenemos también escenas enfocados a un aspecto que considero importante e interesante:
las relaciones entre los shinigamis y los humanos, marcadas siempre con la tragedia.
Ciertamente, la devoción de un humano a otro también trae consecuencias
nefastas.
Como en los otros tomos de esta serie, tenemos
un excelente volumen, que nos hace preguntarnos qué hará Light para zafar de la situación en la que se encuentra y seguir su
idea de juzgar a los criminales. Como siempre, el autor del manga nos tiene en
vilo hasta la última página, con sus cambios en el último momento, su manera de
retorcer los datos hasta convertirlos en algo que por mucho que intentemos
averiguar siempre irá por delante de nosotros. Nada más que elogios para Death Note.
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