05/01: Clásicos
DC: Batman y los Outsiders Vol. 1 (336 Págs.)
Mike W. Barr, George Pérez y Jim
Aparo – Planeta DeAgostini 2009
Hace exactamente un año, yo reseñaba en
el blog Batman y los Outsiders, una
serie que en la argentina fue publicada por Perfil,
con apenas 9 números, como una serie piloto para que la editorial tantee el
mercado, y es por eso que tenía muchísimos errores. Gracias a la página de
compra y venta por Internet, finalmente pude hacerme con este volumen
recopilatorio que trae los primeros doce números de Batman and the Outsiders y New
Teen Titans 37. Dentro de su línea Clásicos
DC, Planeta de Agostini nos trae
el primer recopilatorio de esta recordada serie de los años 80, Batman y los Outsiders. Así pues,
recuperamos un cómic, no sé si "clásico", pero sí con unos cuantos
años a sus espaldas aunque todavía con valores que lo hacen más que digno de
lectura.
La serie nació allá por el año 1983, como
una especie de sustituta de The
Brave and the Bold. La serie presentaba por lo general a Batman
haciendo team-ups con otros personajes de la casa, que iban alternándose
en cada aventura. En cambio, la premisa inicial de Batman y los Outsiders consistió en juntar a Batman
con un grupo fijo de compañeros, pasando a ser una serie "de grupo"
siguiendo el modelo de las entonces muy populares Teen Titans y Legión
de Superhéroes. Ahora bien, el grupo que iba a acompañar a Batman iba a ser un grupo ciertamente
peculiar, que no en vano iba a merecer el apelativo de "Outsiders".
Tenemos por un lado a dos personajes que, aunque con una cierta trayectoria
dentro de DC, no eran precisamente muy populares (Metamorfo y Rayo
Negro), y que habían alcanzado, como mucho, el status de secundarios,
haciendo apariciones esporádicas por tal o cual serie. Y, por el otro, a tres
personajes de nuevo cuño: Geoforce, Halo y Katana.
La génesis de este peculiar grupo iba a marcar su status más o menos inmediato: tras una discusión con la JLA, Batman decide romper con el supergrupo y, después de diversas circunstancias que los unen, Batman decide ser el "tutor" de los Outsiders y compartir con ellos sus aventuras. Hasta aquí, simplemente la excusa para dar el pistoletazo de salida a la serie. Pero es en el desarrollo de la misma donde encontramos sus virtudes.
Lo primero es que la narrativa de la época era muy distinta de la de ahora. Las historietas solían ser "arcos argumentales" de uno o dos números, que incluían normalmente la presencia de alguna amenaza, el combate y la resolución del mismo. Además, al bueno de Mike W. Barr le daba tiempo para incluir escenas más pausadas, donde nos permite introducirnos poco a poco en la vida personal de los protagonistas lejos del ruido de sables. Y es que cada personaje contiene un secreto o conflicto interno (un sentimiento de culpa en Rayo Negro, un amor alejado por las circunstancias en Metamorfo, un pasado oscuro en Katana, el misterio de la identidad en Halo) que forma tramas paralelas que tienen continuidad a lo largo de toda la serie, y que poco a poco van llegando a algún tipo de resolución.. Los personajes son cercanos y es fácil empatizar con ellos; la acción, los misterios, las tramas paralelas y demás recursos narrativos mantienen el interés; y el arte de todo un veterano como Jim Aparo consigue que la narrativa sea nítida y fluida, la expresividad de los personajes notable y la lectura, en suma, placentera. Aparo conoce los recursos del medio y dibuja de todo y todo bien, sin alardes innecesarios, poniendo el dibujo al servicio de la historia y no al revés.
La génesis de este peculiar grupo iba a marcar su status más o menos inmediato: tras una discusión con la JLA, Batman decide romper con el supergrupo y, después de diversas circunstancias que los unen, Batman decide ser el "tutor" de los Outsiders y compartir con ellos sus aventuras. Hasta aquí, simplemente la excusa para dar el pistoletazo de salida a la serie. Pero es en el desarrollo de la misma donde encontramos sus virtudes.
Lo primero es que la narrativa de la época era muy distinta de la de ahora. Las historietas solían ser "arcos argumentales" de uno o dos números, que incluían normalmente la presencia de alguna amenaza, el combate y la resolución del mismo. Además, al bueno de Mike W. Barr le daba tiempo para incluir escenas más pausadas, donde nos permite introducirnos poco a poco en la vida personal de los protagonistas lejos del ruido de sables. Y es que cada personaje contiene un secreto o conflicto interno (un sentimiento de culpa en Rayo Negro, un amor alejado por las circunstancias en Metamorfo, un pasado oscuro en Katana, el misterio de la identidad en Halo) que forma tramas paralelas que tienen continuidad a lo largo de toda la serie, y que poco a poco van llegando a algún tipo de resolución.. Los personajes son cercanos y es fácil empatizar con ellos; la acción, los misterios, las tramas paralelas y demás recursos narrativos mantienen el interés; y el arte de todo un veterano como Jim Aparo consigue que la narrativa sea nítida y fluida, la expresividad de los personajes notable y la lectura, en suma, placentera. Aparo conoce los recursos del medio y dibuja de todo y todo bien, sin alardes innecesarios, poniendo el dibujo al servicio de la historia y no al revés.
En
resumen, cómic de superhéroes "clásico" en el sentido de lo que eran
estos personajes en la era pre-Watchmen,
o sea, acción, desarrollo de personajes, intriga y, ante todo, ganas de
entretener. Después de haber leído los
números sueltos de Perfil, la verdad es que leída de corrido la serie
gana mucho (veremos en los dos tomos que restan). Si tienen ganas de leer un
cómic luminoso, con cierto carisma y sin mayores pretensiones que la de
engancharnos a la vida de sus personajes y acompañarlos a través de sus
peripecias, yo que ustedes le daría una oportunidad. A mí, desde luego, me ha
convencido.
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