13/02: Futuro Oscuro (155 Págs.)
Zhang Xiaoyu – Iced Lands 2007
Abandonando el género terror que me
dominó estos días, volvemos al manhua. En mi gusto por el dibujante chino Zhang Xiaoyu, por las dos obras que reseñé
anteriormente (El Vuelo y En Lo Profundo del Sueño, que se pueden
conseguir en Argentina por la editorial Deux
Studio), investigué por otro manhua que nos haya llegado a occidente, y
afortunadamente, en España se publicó otra obra: Futuro Oscuro. La editorial encargada fue Iced Lands, una editorial de apenas unos pocos años de vida (3, 4
años, y no mucho más), y por ese motivo es difícil acceder a sus títulos.
Con
un poco de suerte y de buscar en comiquerías, me encontré con este tomo
publicado en el 2007 (originalmente publicado en la editorial china Xiao Pan, la única que parece vender sus
series a occidente), con sobre cubiertas y traducción del francés al español
(como todos los manhuas) a cargo de Raquel Miñambres.
¿Cuál es la sinopsis de Futuro
Oscuro? En un futuro, después de una cruel guerra atómica, la tierra se ha
convertido en un vasto desierto hostil, con continuas guerras entre tribus que
combaten por la poca agua que queda. Seguramente
algunos se estarán preguntando si esto no lo leyeron anteriormente en otro
lado, y la realidad es que sí, que parece ser una obra muy influenciada por Hokuto No Ken. No sólo por el argumento
central, si no en el dibujo Zhang Xiaoyu
parece tomar mucho de Tetsuo Hara. El
ambiente, las expresiones, las peleas, los desmembramientos, los motoqueros
pendencieros, todo este ambiente post apocalíptico luce similar al creado por
el mangaka para Hokuto No Ken. De
esta manera podemos observar nuevamente la versatilidad de Zhang Xiaoyu para dibujar historias completamente diferentes, con
estilo manga, en blanco y negro, hasta algo occidental y a color.
Sobre
la historia, básicamente recorre las peripecias que Julián tiene que sufrir (desde
perder a su amada Annie, hasta cagarse a tiros con una pandilla de
motoqueros ladrones de agua), en este mundo post apocalíptico para llegar a un
refugio anti atómico donde la humanidad puede sobrevivir y prosperar,
acompañado de unas tribus que conoce en el camino.
Aunque todo se vaya al carajo al final, Julián se llena de esperanza y emprende
nuevamente el viaje en busca de otros refugios atómicos, donde los seres
humanos no nos matemos entre nosotros y podemos cohabitar en paz. Ese es el
mensaje que el autor quiere dejar en esta obra, un mensaje esperanzador, aunque
nos hagamos pelota con bombas atómicas y nos peleemos por el agua, tarde o
temprano, aprendemos a convivir. No es una obra que brille, pero que posee un
fuerte mensaje ayudado por una ágil lectura para que sea ameno a cualquier
lector.
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