24/02: Lost World (248 Págs.)
Osamu Tezuka –Glenat 2007
Después de varios días, vuelvo a reseñar
una obra del Manga no Kamisama, Osamu Tezuka.
Como ya comenté anteriormente, el fue el pionero del manga y del anime. Esta
obra fue publicada en 1948, cuando no existían las revistas de antología que
publican episodios semanales, quincenales o mensuales. Como todas las obras de
esta época, tienen una marcada influencia por los dibujos de Disney, con un
dibujo apuntado al público juvenil (como cuando los personajes se golpean y
causan gracia como las caricaturas de la década del 30, los villanos bien
marcados, etc.).
Lost World, vendría a ser la segunda
parte de una trilogía orientada a la ciencia ficción (integrada por Metrópolis y Lost World), pero que se lee independientemente. Como elemento que
las une, aparte de la ciencia ficción obviamente, es que las protagonizan los
mismos protagonistas, aunque en diferentes papeles (como el joven Kenichi, el
detective Mustachio con papeles trascendentales, Lamp, Duke Red, etc.).
La
historia transcurre mayormente en Mamango, el planeta que en su día se
separó de la Tierra y partió hacia el espacio, que vuelve a acercarse a
nuestro mundo después de un viaje de cinco millones de años, y los exploradores
de la Tierra arriesgan su vida para conseguir las poderosas piedras de energía
que se ocultan en sus entrañas. Resulta interesante ver que la obra vendría a
ser una mezcla de varios géneros, entre ellos el de misterio (con un asesinato
como inicio de la historia), la ciencia-ficción (en un estilo muy parecido al
de Julio Verne) y la aventura (porque el planeta Mamango
donde transcurre la segunda parte de la historia tiene claras connotaciones
a El
Mundo Perdido de Arthur Conan Doyle, pese a que en
el epílogo el autor reconoce que no había leído la citada obra en el momento en
que creó esta historia). Vale destacar también la presencia de la gente planta
(las plantas que adoptan apariencia humana) que luego volvería a utilizar en el
resto de sus series, como en Next World o
Astroboy.
La
historia no tiene un protagonista determinado, ya que la acción se nos va
contando progresivamente bajo la mirada del Doctor Shikishima, del
detective Shunsaku Ban (Mustachio) e incluso de los malvados, pero el
resultado final es de agradable lectura principalmente por el carácter
caricaturesco, influenciado por un Walt Disney que también se
iniciaba por aquellos años (nótese el cameo del Pato Donald en la
parte final de este tomo). Por eso, pese a cierta infantilización en el
personaje del científico, no deja de ser esta una obra curiosa de descubrir
para conocer un poco de los orígenes de este genio del manga.
Las historias de Tezuka de aquella época tienen un estilo que, aunque fuese
innovador en su época, ahora puede parecer antiguo, hecho que a algunos puede
no convencerlos, pero los guiones tienen claras referencias al cuidado de la
naturaleza y al antimilitarismo (por la Guerra Fría que recién empezaba) muy
disfrutables.
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