17/11: Inuyasha – Vol. 10 (186
Págs.)
Rumiko Takahashi – Larp
Editores 2013
Y ya que leía
una serie de culto de mi infancia por su serie animada, me pareció oportuno
leer una serie que me marcó pero en este caso en mi preadolescencia, cuando
también miraba su anime. Estoy hablando de Inuyasha,
manga publicado en la revista japonesa Shonen
Sunday por la famosa autora Rumiko Takahashi
(quien escribió otros éxitos como Ranma ½
o Maison Ikkoku) a lo largo de la
década del 90, y que rápidamente se hizo un boom comercial a nivel
internacional. Su publicación en el país corre a cargo de Larp Editores, con traducción de Agustín
Gómez Sanz, y como ocurre con todo lo que publica esta editorial, cuenta
con una pésima periodicidad, sobre todo para una serie larga como esta con 56
tomos. Inuyasha es sin duda la historia más sangrienta de Rumiko
Takahashi, con páginas pobladas de guerras, matanzas, demonios que
devoran personas o que simplemente las matan por placer.
¿Pero de qué trata
esta serie? Kagome es
una estudiante de 16 años que vive en un santuario perteneciente a su familia.
Un día cae por un antiguo pozo arrastrada por una extraña criatura, un ciempiés
gigantesco, y aparece en el Japón feudal, en mitad de una increíble congestión
social.
Kagome resulta ser la reencarnación de Kikyo,
una antigua sacerdotisa que vivió en la época de las guerras civiles y que
murió intentando proteger un objeto de increíble valor, la joya Shikon. Cuenta
le leyenda que esta joya es capaz de incrementar el poder de los youkai (demonios) hasta extremos
inimaginables, siendo una constante fuente de problemas. Ahora, gracias a Kagome
la joya ha vuelto a aparecer surgida de su propio cuerpo. En un nuevo ataque de un demonio intentando hacerse con la joya,
Kagome despierta a Inuyasha, un medio-demonio que
yacía dormido gracias a Kikyo hacía más de 50 años. Pero en mitad de la
batalla la joya Shikon es partida en
miles de fragmentos y se difumina en el horizonte. Inuyasha es mitad
humano y mitad demonio-perro, su mal carácter y su desconfianza hacia los demás
comienza a suavizarse con la aparición de Kagome, que le acompañará en
la búsqueda de la tan deseada joya. A su causa se unirán varios personajes, que
descubren que la fuente común de sus problemas recae en un poderoso demonio, Naraku,
que guarda un odio ancestral contra Inuyasha y la fallecida Kikyo.
La aventura está servida al igual que el triángulo amoroso, pues la joven Kagome no tarda en caer rendida a los pies de Inuyasha, el cual no puede olvidar a su eterno amor, todo entremezclado y servido en mitad de la época de las guerras de los grandes señores feudales, la pobreza y la miseria del pueblo y los seres sobrenaturales campando a sus anchas por Japón. Su trama se repite una y otra vez como ya ocurre en cientos de manga shonen, lo cual no deja de sorprender a los fans de la autora, ya que esta es la primera vez que utiliza este tipo de recursos narrativos, y aunque el resultado no termina de ser lo esperado por muchos, sí se permite ciertos giros argumentales que hacen que la trama avance lentamente.
La aventura está servida al igual que el triángulo amoroso, pues la joven Kagome no tarda en caer rendida a los pies de Inuyasha, el cual no puede olvidar a su eterno amor, todo entremezclado y servido en mitad de la época de las guerras de los grandes señores feudales, la pobreza y la miseria del pueblo y los seres sobrenaturales campando a sus anchas por Japón. Su trama se repite una y otra vez como ya ocurre en cientos de manga shonen, lo cual no deja de sorprender a los fans de la autora, ya que esta es la primera vez que utiliza este tipo de recursos narrativos, y aunque el resultado no termina de ser lo esperado por muchos, sí se permite ciertos giros argumentales que hacen que la trama avance lentamente.
Y después de dar un pantallazo general de la
serie y con poco espacio para explayarme más, sólo queda comentar este décimo
volumen, que recopila los capítulos 89 a 98 y se titula “El Código del Guerrero”. En los primeros capítulos, Sango, la cazadora de youkais,
intentará asesinar a Inuyasha para
vengarse de la masacre de su aldea de cazadores, engañada por Naraku. Rápidamente se descubre el
engaño, y la cazadora se unirá al grupo protagonistas, no sin antes contarles
el origen de la perla de Shikon. Y
finalmente, tenemos la historia de una aldea que paga tributo a un Dios del
Agua. El precio serán los niños del pueblo, y el supuesto dios resultará ser
falso y solo un sanguinario demonio.
Décimo tomo de esta serie, que tiene la
particularidad de que la mayoría de sus historias son casi autoconclusivas, con
una trama central que avanza lento, permitiendo que cualquier lector pueda
engancharse leyendo las aventuras de este humano-demonio, que se enfrenta a las
amenazas de youkais en el Japón medieval. La contra, que sea una serie tan
larga para seguir, y que encima cuente con una periodicidad de parte de la
editorial que lo publica en el país tan deprimente que tenemos 3 tomos por año
prácticamente.
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