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What a Wonderful World – Vol. 2 (210 Págs.) - Final
Inio Asano – Viz 2009
Las historias de este segundo y último tomo de What a Wonderful World, tienen como protagonistas
a borrachos, adolescentes huérfanos, jóvenes sin propósito, jóvenes que les
cuesta mantenerse, etc. Parece que nadie
entiende lo que significa ser feliz o incluso hasta la forma de desear la
felicidad. La vida, como todos lo sabemos, puede
ser complicada. Pero está en Inio Asano mostrarnos las diversas causas y los
motivos de esa verdad universal, también señala las pequeñas formas de pasar el
día, no importa lo horrible que un día fue, porque que sea como cualquier otro
día es lo que hace que sea tan horrible. La
única manera de conseguir caminar por un camino recto es finalmente ser capaz de
ver la pequeña victoria de pasar el día como tal, como sólo un día en el cual el
siguiente puede no ser tan difícil..
Eso podría ser un pequeño consuelo, pero ver a estos
personajes a superar a sí mismos con
el fin de aferrarse a lo bueno o incluso saludable da a la mayoría de las
historias un cierto ablandamiento que tanto se necesita en el género slice of
life.
Tal vez me siento
demasiado conectado a Asano y su
trabajo, pero es que sin dudas que estos personajes suelen expresar el tipo de
insatisfacción desconcertado con la vida que todos compartimos hasta cierto
punto o en algún momento. En muchos sentidos,
este sentimiento es parte de lo que nos hace todos los seres humanos, si
luchamos con él sobre una base diaria o sólo una vez en la vida. Esto significa que los protagonistas de estas historias
puedan parecer como sinónimos de decepción, para que el lector se identifique
fuertemente con el hilo emocional que corre a través de estos relatos, pero
también se encuentra la redención en el título (es decir, tal vez puede ser un
"mundo maravilloso" aunque sólo sea por un breve momento) y esto le
da sentido a las conclusiones de las distintas historias.
Lo que
hace que estas historias sean entretenidas es
lo bien construido que están Asano
nos da la cantidad exacta de información (a través del diálogo, monólogo
interior y entorno) y el lector tendrá el equilibrio casi inmediato en cada
historia individual. Esto es muy importante,
sobre todo en las historias cortas, porque es demasiado fácil desconectarse del
ritmo de la narración, teniendo en cuenta las limitaciones de las pocas páginas.
Casi nunca experimenté ese tipo de desconexión durante
la lectura de estos volúmenes. Cada personaje es de fácil identificación al
lector joven, teniendo como protagonistas músicos de bandas de rock que pasan a
ser simples empleados de una empresa, amigas que en la primaria eran
inseparables y en la secundaria están distanciadas, una joven que siente el
peso de cuidar a sus hermanos desde chica, etc.
El estilo
artístico de Asano también ayuda a
que estas historias sean muy legibles. Se equilibran los primeros planos, las expresiones de los
personajes, paisajes urbanos detallados, etc. Todo,
en su conjunto, incorpora un fuerte elemento de realismo (en particular en los
detalles de los espacios urbanos, la ropa, etc.) pero con el fin de hacer que
las historias tomen un vuelo poético. Para cerrar esta obra que me ha encantado, me
quedo con la frase final: “Mientras estés
vivo, algo bueno está destinado a suceder. Estoy seguro de eso”.
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