16/12:
The Dark Knight (152 minutos)
Christopher
Nolan – Warner Bros. Pictures - 2008
Vuelvo al vicio de ver y reseñar una
película sobre Batman, y en esta ocasión
será la segunda película dirigida por Christopher
Nolan sobre su versión del murciélago, película que además fue éxito tanto
en taquilla como en buenas críticas. En The Dark
Knight, un fiscal que perdió a la mujer que amaba amenaza
con matar a la familia del policía que supo ser su aliado. Gotham pasó de ser una pesadilla dickensiana a una urbe del siglo
XXI. Quizás asuste un poco que gran parte de la película transcurra de día,
pero no hay un solo segundo del Caballero Oscuro en el que Batman aparezca de día.
Y voy a los elementos que diferencian a The Dark Knight de todas las otras
películas basadas en el héroe de Bob Kane
(¡y Bill Finger!) que encarnó Christian Bale. Si bien el Joker y su banda comienzan robando un banco, y de manera
"villanesca", no lo hacen por el dinero sino para llamar la atención
de la mafia. El propio Payaso del Crimen lo dice: las cosas que él precisa
(dinamita, pólvora, gasolina) son baratas. Los mafiosos tienen sus propios
problemas, porque la policía y el flamante fiscal de distrito Harvey Dent están detrás de sus activos
y piensan ponerlos tras las rejas. El propio Harvey Dent no persigue metas inalcanzables, sino que le promete al
alcalde "18 meses de calles limpias". Todo entraría dentro de una
típica película policial, de no ser por la presencia de un encapuchado vestido
de negro y el agente del caos, que por momentos es el más organizado de todos.
Ciertamente
el personaje del Joker se roba la
película y si bien la muerte de Heath Ledger
ayudó a que arrasara con los premios, su actuación es digna de los mismos.
Encarna a un tipo misterioso, de orígenes múltiples, que deja complejas pistas
acerca de sus siguientes víctimas y mata a sus ayudantes sin pestañear. Justo
como el Joker que todos queremos. Es
alguien que al principio del film promete ser la solución definitiva para
acabar con Batman y más tarde acepta
que son “dos caras” de la misma moneda, y que nunca lo matará porque es
demasiado divertido. "Ya no hay vuelta atrás. Tú cambiaste las
cosas", le dice el Joker a Batman, repitiendo la consigna que
tantas veces apareció en la historieta y que perseguirá a Bruce Wayne por el resto de sus días. ¿Es Batman la solución o sólo
creó peores problemas?
En
el medio está James Gordon,
acompañado por Gerard Stephens y Anna Ramírez, que se parecen tanto a Harvey Bullock y René Montoya que uno sospecha que les cambiaron los nombres para
ahorrarse unos pesos con sus creadores en el cómic. Pero hay más, muchísimo
más: un tipo que deduce la identidad de Batman,
un nuevo vehículo, Alfred eficaz
pero menos protagonista, Lucius Fox
como la otra mano derecha de Bruce, Sal Maroni, un cameo del Espantapájaros, y una nueva Rachel Dawes.
Christopher Nolan arma una compleja
máquina y logra que casi todas las piezas encastren a la perfección. Los
últimos segundos pueden no gustar tanto, con Batman tomando la responsabilidad por los crímenes de Dos Caras, como forma de salvar todo lo
que Harvey Dent hizo por la ciudad.
La idea es buena y las frases que cierran la película resuenan en el espectador,
pero en algún momento creo que se saltan algún obstáculo lógico que podría
haberse solucionado con una elección diferente de palabras.
Y
si me concentro en estos últimos segundos es porque poco le puedo criticar a
las más de dos horas que los antecedieron, que la colocan no solamente en lo
más alto de mi lista de películas de Batman,
sino en lo más alto de películas basadas en personajes del cómic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario