29/12: Detective Conan –
Vol. 1 - Tomo 13 (180 Págs.) - Final
Gosho Aoyama – Planeta
DeAgostini 2005
Siguiendo la línea de realizar un pequeño comentario de cada
volumen de esta serie, hoy nos encontramos ante el último tomo del Volumen 1 de Detective Conan. Realmente no es que haya mucha diferencia entre el
Volumen 1 y el Volumen 2, simplemente
se trata de una separación que realizó la editorial Planeta DeAgostini en su día, cuando la serie había sido cancelada
por bajas ventas, y luego vuelto a publicar y a reeditarse los primeros 13
tomos bajo el nombre de Volumen 1. Como
siempre, su autor, el mangaka Gosho Aoyama, nos regala
sus dibujos con personajes de cabezas, ojos y orejas grandes, en un tono casi
cómico, pero mechándolo con sus escenas de sangre y asesinatos.
En este tomo, Heiji
Hattori, el joven detective de
Osaka ha descubierto el mayor secreto de Conan/Shinichi.
¿Cómo reaccionará? ¿Se lo dirá a alguien más? ¿Lo ayudará? La verdad es que a
partir de ahora Heiji comienza a
aparecer con mayor regularidad, así que, aún hablaré más de él en futuras
reseñas. Además, la relación de amistad y confidencias que comienzan a tener Heiji y Shinichi es genial. Shinichi
venía necesitando un aliado igual de poderoso e inteligente que él, y este, parece
que por fin ha llegado. En el segundo caso, Ran, Conan y Sonoko se encuentran
en la casa de la hermana de esta última junto a otro grupo de personas. En medio de la noche, sucede un asesinato.
Tras observar todas las pistas posibles, Conan
logra resolver el caso, utilizando a Sonoko
para inculpar al asesino. Cortito y sencillo, pero entretenido.
En el tercero de los casos, Kogoro se encuentra en una oficina pactando una entrevista para una publicación. La persona con la que ha quedado, aparece tarde, para a continuación comenzar a hacer el paripé hablando por teléfono con una chica cuando ésta, que se encuentra en el edificio de enfrente, se precipita por la ventana. Conan, se verá en la tesitura de probar que el asesino ha sido ese hombre, pese a encontrarse en el bar con ellos. En el último caso, para concluir este tomo tan completo y a su vez finalizar el Volumen 1, tenemos como protagonistas a la Liga de Detectives Juveniles. Ni más ni menos, se encuentran visitando las instalaciones donde se graba su serie de dibujos favorita: Gomera. En el plató, conocen a diversas personas -unas más simpáticas que otras- hasta que sucede un accidente y los más pequeños deberán descubrir quien ha orquestado todo para interrumpir la grabación y porque razón.
En el tercero de los casos, Kogoro se encuentra en una oficina pactando una entrevista para una publicación. La persona con la que ha quedado, aparece tarde, para a continuación comenzar a hacer el paripé hablando por teléfono con una chica cuando ésta, que se encuentra en el edificio de enfrente, se precipita por la ventana. Conan, se verá en la tesitura de probar que el asesino ha sido ese hombre, pese a encontrarse en el bar con ellos. En el último caso, para concluir este tomo tan completo y a su vez finalizar el Volumen 1, tenemos como protagonistas a la Liga de Detectives Juveniles. Ni más ni menos, se encuentran visitando las instalaciones donde se graba su serie de dibujos favorita: Gomera. En el plató, conocen a diversas personas -unas más simpáticas que otras- hasta que sucede un accidente y los más pequeños deberán descubrir quien ha orquestado todo para interrumpir la grabación y porque razón.
Y de esta manera, cumplí mi
promesa de terminar los primeros trece tomos de esta serie antes de fin de año,
y ya se ha vuelto un vicio que no puedo parar. Una serie divertida, con
personajes carismáticos y casos policiales autoconclusivas para que el lector
pueda engancharse en cualquier momento de la serie. Aunque sea una obra larguísima
y publicada en España, más cara de conseguir que mangas publicados en el país,
pienso continuarla el próximo año.
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