22/04: Spiderman: Primera
Temporada (128 Págs.)
Cullen Bunn y Neil Edwards – Ovni
Press 2012
Cuando empiezan a escucharse (o leerse)
estos conceptos todas las alarmas se disparan: primera temporada, orígenes,
nuevas generaciones, etc. La pregunta que surge es lógica: ¿Otra vez? ¿Pero
esto no me lo han contado ya? En el cine Marc Webb
tenía la versión de Sam Raimi todavía reciente y en las
viñetas Cullen Bunn y Neil Edwards (guión y dibujo
respectivamente) tiene al universo Ultimate. En ambos casos, sin embargo, estas
nuevas revisiones pueden aportar cosas interesantes.
Lo
más importante a tener en cuenta de este tomo en tapa dura es que vuelve al
origen clásico del hombre araña. La araña que transforma a Peter Parker es radioactiva, no está genéticamente mutada. Puede
que en apariencia este sea un detalle menor, pero es un claro reflejo del tono
de la historia, que se traslada incluso
al villano principal de la historia (el relato no se limita a actualizar la
primera aventura del trepamuros en Amazing
Fantasy #15, sino que lo completa con un primer gran reto para nuestro
héroe), que no es otro que El Buitre.
Este enemigo apareció por primera vez en Amazing Spider-Man #2 (mayo, 1963), y no es el primer
supervillano al que se enfrentó nuestro héroe, si no que fue Camaleón,
y si bien incluirlo habría sido un
interesante guiño, lo cierto es que su historia (espía soviético) habría sido
más difícil de trasladar a un tomo introductorio como es el que nos ocupa. Adrian Toomes (Buitre), en cambio es bastante más plano, por eso encaja mejor con
las intenciones de los autores (que no son otras que las de presentar a la
araña).
Sobre
la historia en sí, poco se puede contar que no se haya hecho ya. El origen es
el origen, y por muchas vueltas que se le quiera dar (que no es el caso), los
aspectos clave son inamovibles. ¿Esto que conlleva? Pues que de primeras su
lectura resulte poco atractiva para los lectores más versados en las aventuras
de Spider-Man; y al contrario, que
sea una pieza valiosa para los neófitos. Y sin embargo, superadas las dudas
iniciales, Cullen Bunn plantea un
guión con situaciones muy divertidas, como las fantasías de Peter con el mundo
del espectáculo o la fabricación de su traje, alejadas de la seriedad de la
última versión cinematográfica. Además, algún que otro personaje secundario
como Katy Kiernan le aporta nuevos
matices a la historia. En el aspecto negativo, quizás queda la sensación de que
no se ha aprovechado del todo la oportunidad.
En
un volumen que pretende captar a nuevos lectores y presentar el universo del
trepamuros, se echa en falta que la narración no es del todo sólida. Hay
fragmentos por los que se pasa de forma abrupta (como el episodio de la
picadura) y otros se extienden durante bastantes páginas. Y, por otro lado, los
principales secundarios (Tía May, Jonah Jameson o Flash Thompson),
quedan relegados a apariciones casi episódicas, cuando merecerían una mayor
atención.
Aún así, no deja de ser un interesante
acercamiento a los orígenes de una de las figuras más destacadas del mundo del
cómic. En estos tiempos de continuidades y universos paralelos, para los que
quieran leer una historia sin pretensiones del trepamuros, o para que los chicos
nuevos puedan engancharse, tienen una buena oportunidad.
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