28/01: El Almanaque de mi Padre (272
Págs.)
Jiro Taniguchi – Planeta DeAgostini 2009
Este post será
otra reseña de un manga no tan convencional, de un autor atípico y simplemente
genial. El mangaka Jiro Taniguchi, siempre nos sorprende con obras maestras,
que escapan a la temática mainstream, y abordan el cómic de autor. El Almanaque de mi Padre (originalmente
Chichi no Koyomi) es un manga seinen,
orientado al público adulto, publicado por la editorial Shogakukan en su revista Big
Cómic. Al idioma español, fue publicado por Planeta de Agostini en 3 tomos en el año 2002, pero en el 2009 los
recopilo en un único tomo, algo que garantizó mi compra.
La historia gira en torno a Yoichi, un diseñador de Tokyo, que recibe la llamada que le comunica la
reciente muerte de su padre. Aunque no es lo quiere, debe regresar a su pueblo
para asistir al velatorio y posterior entierro. Tras quince años de ausencia
regresa a Tottori, pueblo en el que
se crió con su familia. Es a partir de ese momento en el que recuerda aquellos
episodios de su infancia que labraron su carácter y el rechazo que muestra por
su familia y, sobre todo, su padre. A pesar de su prolongada ausencia, todos
los familiares que asisten al velatorio de su padre le acogen cálidamente. Yoichi asiste como un invitado silencioso a la charla
distendida que estos tienen sobre aquellos momentos que habían marcado la vida
del difunto. Esos momentos que, en ocasiones, Yoichi recordaba de una
manera y que, al escuchar a sus familiares, ya no tiene tan claros: el divorcio
de sus padres, cuando él era muy pequeño, fue un momento que impactó muchísimo
a un niño descaradamente enmadrado; su padre, esclavo de su trabajo, fue el
blanco de todas sus iras y el motivo por el que decidiera alejarse de su pueblo
y su familia en cuanto tuvo ocasión. Es en el velatorio donde sus recuerdos de
infancia se enfrentan a su mentalidad adulta actual, ayudado en parte por sus
parientes que, en muchas ocasiones, rellenan aquellos huecos que desconocía o
había olvidado. Yoichi ya no tiene tan claras las ideas
y duda sobre lo que hasta ahora habían sido motivos más que suficientes para
distanciarse de su familia. Se arrepiente, en parte, de lo que ha hecho y cómo
lo ha hecho y lamenta no haber podido conocer más a su padre para entender los
motivos por los que actuaba así
No parece una
historia ganchera o “comercial”, pero
sin embargo pega justo y hace que no te puedas despegar de la lectura. Tal vez
tenga críticas a la sociedad japonesa (la sobre exigencia del trabajo sin ver a
la familia, los casamientos consensuados), pero básicamente es una obra sobre
el reencuentro de hijos y padres, la visión que tenemos de ellos, y cómo se ve
permeada por los recuerdos de la infancia.
El guión es magistral, nunca nos aburre ni se
estanca. No se destacan muchos diálogos, todo transcurre mayormente por los
recuerdos del protagonista. Aunque eso no impide en que haya frases o momentos
dramáticos de gran envergadura.
Su estilo de
dibujo se encuentra lejos del manga actual. Es realista, detallista y su forma
de narrar es casi cinematográfica. El ritmo sosegado ayuda mucho al tipo de
historias que nos cuenta. En esta obra hay momentos en los que plasma cómo era
el pueblo de Tottori en la década de los 1950. Algo que, sin quitarle mérito,
fue más fácil de lograr, pues el autor nació en ese mismo pueblo en 1947.
Este manga atípico es verdaderamente una Obra
de Arte. Todos nos podemos sentir identificados con esta historia, y cuando
terminemos de leerlo, nos dejará pensando y reflexionando.
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