jueves, 10 de abril de 2014

10/04: Anita: La Hija del Verdugo



10/04: Anita: La Hija del Verdugo (144 Págs.)
Gabriel Bobillo, Juan Bobillo y Marcelo Sosa – Editorial Ivrea  2009

Estamos ante un cómic recomendable para cualquier mente inquieta, que no se conforma únicamente con historias basadas en súper héroes o jóvenes nipones de gran poder. Ya nos marca lo atípico que será el argumento quién será su protagonista: una stripper con un hacha. Estoy hablando de la historieta argentina Anita: La Hija del Verdugo, con el guión de Gabriel Bobillo, dibujo de Juan Bobillo, tintas de Marcelo Sosa y el color a cargo de Néstor Pereyra.  Serializado en la revista Ultra, Anita cuenta con 4 capítulos, más un quinto e inédito que le da cierre a una historia repleta de mutantes, acción y sangre. Editorial Ivrea publicó este “nuevo clásico” en Noviembre del 2009, con el agregado de tres páginas de un piloto de la historia que salió en la mítica revista de animación y cómics Lazer #15. Un punto a favor de esta edición es que es económica teniendo en cuenta el gran nivel y cuidado con el que fue publicado: papel ilustración de gran calidad, solapas, prólogo a cargo del guionista Sebastián de Caro, capítulo piloto y algunos extras.

 La historia es bastante bizarra, y cuenta que el padre de Anita, un verdugo del infierno llamado Petrarca Petrone, ha roto una de las leyes y se ha comido la cabeza de varios mutantes que decapitó. Los duendes exigen que su hija, la bella adolescente Anita, recuperé un peso en cabezas mutantes igual al de su obeso padre. Y así la joven debe salir a buscar criaturas que decapitar, con la ayuda de un caballo cibernético llamado Buchón. Los burócratas duendes son muy al estilo inglés, que solo buscan que Anita se quede como verdugo, por eso intentarán estafarla y hacer desaparecer las cabezas que caigan en la balanza, para que el peso nunca iguale a la Petrone y Anita tenga que trabajar indefinidamente.
 En este delirio repleto de sangre, acción y cinismo, también tiene una clara y ácida crítica a la realidad social y política que se vivía en la época (estamos hablando de la década del 90). Y esto se ve palpable en los burócratas del purgatorio, quienes buscan perpetuarse en el cargo utilizando mano de obra barata, pero se asustan cuando llegan supervisores nuevos jóvenes que buscan cambiar todo el staff. También tenemos una ciudad tecnológica, donde los ancianos y niños en la calle piden monedas.
 Si hablamos del guión de Gabriel Bobillo  es totalmente fuera de lo común y  genial, donde se puede respirar los típicos argentinismos que tan famosos nos hacen en el mundo, una visión muy diferente y cómica del purgatorio y un final, muy pero muy bueno. Son de esas obras en las que uno desea que haya una continuación, por que confía en la calidad del guionista y en los trazos del dibujante. El mismo es Juan Bobillo, de quien conocí su trabajo a partir de esta obra, tiene una gran calidad en el trazo y un estilo alucinante para recrear movimientos y criaturas grotescas. Las portadas que también tienen su participación como las de Marcelo Sosa son bellas y atrapantes. Estamos ante una historieta con un dibujo bestial y una historia cómica que no abandona la acción. Realmente todo un “clásico de los 90” que nadie debería perderse.             

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