20/04: 666 Satan – Vol. 13 (194 Págs.)
Seishi Kishimoto – Editorial Glenat 2011
Llego al décimo tercer tomo recopilatorio
de este cómic japonés, el shonen conocido por ser obra del hermano gemelo de Masashi Kishimoto, el mangaka autor de Naruto. Y como había comentado en la
reseña del tomo anterior, lo que Seishi Kishimoto
había comenzado como un shonen de batallas que tomaba muuuchos elementos de Dragon Ball, e incluso de Naruto, toma su forma propia para
entregarnos una lectura sin dobles lecturas, pero muy entretenida para los
amantes de los manga de batallas.
Recopilando
los capítulos 49 al 52, nos llega de la mano de la editorial española Glenat, ahora llamada Editores de Tebeos. Cuenta con la
traducción de Marc Bernabé, de Daruma Serveis Linguistics, un reconocido conocedor
del manga para este lado del mundo. Vuelvo a repetir que lo malo de esta
edición radica en la disminución de la calidad de papel, siendo muy gruesa y
poco flexible.
En
este tomo de 666 Satan, tenemos casi
la culminación de la Saga de Roc Bird. El protagonista, Jio Freed, utilizando sus poderes como Satán, concluye su pelea contra el líder de la ciudad voladora de Roc Bird, Icarus, quien en realidad era el demonio Belcebú, uno de los
demonios de la Cábala Inversa (como
el propio Jio). Luego de una pelea que para mi gusto se extiende demasiado,
intenta generar expectativa y grandilocuencia, finalmente Icarus pierde, y pasa ser sólo una esfera más para la Cábala Inversa que está juntando la
organización criminal Venom. Por
supuesto, como buen shonen de batallas, esto sucede luego de que el enemigo (en
este caso Icarus) pele muchas
técnicas y transformaciones invencibles, y Jio
pueda vencerlo absorbiendo el poder de sus amigos, con las clásicas frases
sobre el compañerismo de este tipo de series.
Pero lo verdaderamente copado en este tomo, es
que luego llega a repartir sopapos Cross
Biancina, joven comandante a las órdenes del gobierno de Stea, que en tomos anteriores vemos que
su hermana fue asesinada por el demonio Satán.
Y ahora el mismo demonio toma el cuerpo de Jio,
y se enfrenta en una buena pelea contra Cross,
en donde se aclaran muchas cosas, como por ejemplo, por qué el demonio asesinó
a su hermana cuando eran niños, o por qué el gobierno lo tomó como fuerza de
choque, y esto se debe a que se despierta como un Arcángel de la Cábala, y que el collar que tiene Ruby servía para despertar la
naturaleza demonio o arcángel de las personas que sean elegidas para serlo. El
final quedará en suspenso, al fusionar Ruby
su consciencia con la de Satán, para
poder salvar la consciencia de Jio que
duerme en el interior. Así que tenemos el final de la Saga de Roc Bird (arco
que aclara muchas dudas de la serie y la hace despegar con una personalidad más
independiente) para el próximo tomo.
El
dibujo de Seishi Kishimoto, como el
de su hermano, no es brillante, y siguen pegados a la estética
“dragonballiana”. Sin embargo el encanto radica en las secuencias de machaca, y
que la lectura sea en ese sentido fluida, y tenga la óptica del movimiento,
algo que cumple. Por supuesto, no es un manga para cualquier lector de cómics,
pero al que le gusta el shonen de batallas, es una serie que le encantará.
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