03/08: Coca, Ramón & Fernet (126 Págs.)
Juan
Bobillo – Agua Negra Ediciones 2012
Los protagonistas de Coca, Ramón & Fernet no podrían ser más
disímiles. Se los encontraba cada mes en la revista Hecho en Buenos Aires
y luego en el libro que recopiló en el 2012 el sello Agua Negra. La incompatibilidad de Coca y Ramón es tan mayúscula
que eso mismo no puede ser otra cosa que la clave de la serie creada por el
dibujante Juan Bobillo. El guiño del gato/perro
Fernet y la presencia de los dos
amigos del muchacho completan el universo del título.
Coca es seria, organizada. Es dentista
y ama su trabajo (quizás se trate de una variante de sadismo). Es capaz,
autónoma y le ordena la vida a Ramón.
Ramón es un simpatiquísimo inútil. Se
entusiasma cuando ve moverse “la flechita” en la pantalla de la computadora,
confunde un celular con una planchita para el pelo. También es torpe, medio
chiquilín y en todo el libro apenas si el lector lo ve hacer algo más
productivo que causar risa (que es cierto, no es poca cosa). Por si fuera poco,
Bobillo nos sugiere que su creación
no descolla en lo que a su virilidad refiere. Es, en cambio, también protagonista
de los momentos de mayor ternura de la tira: trepa árboles que le son
imposibles para alcanzarle una flor a su compañera, ve la posibilidad de tener
hijos como el encuentro con “un hermanito”, no caza ni una de fútbol y se pone
chocho por haberse comprado un globo en el parque.
Bobillo recurre a un trazo muy suelto y
ágil, y trabaja con una gama de colores sencilla. La clave de su trabajo en
esta área está en la sencillez y expresividad que transmiten los personajes, en
particular los ojos de Ramón y los
casi-tapados-de-flequillo de Coca. La
exasperación de la chica ante las tonterías de su marido las resume quitando
una línea: muchas veces Coca no tiene
boca, y no cuesta nada imaginársela apretando los dientes para no putear al
muchachito que tiene por compañero. El autor completa el efecto humorístico,
logrado notablemente a lo largo de todo el libro con una serie de encabezados
que con un mínimo dibujo completan o introducen el sentido de la tira. A Bobillo, a quien lo tenía como un eximio
dibujante, con un talento increíble en obras como Anita, La Hija del Verdugo (reseñada hace meses) o en She-Hulk, pero en esta obra demuestra
que tiene una versatilidad increíble, en donde también puede dibujar con el
mismo enorme talento el humor en las tiras.
En
este libro la clave humorística reside, justamente, en Ramón. Por sus torpezas e ingenuidades es el que más fácilmente
desarma las situaciones y estructuras, generando la ruptura que causa gracia.
El humor que genera Coca es de otro
tenor, cebado en la glotonería y coquetería de la dentista.
Como
es fácil deducir, resulta imposible imaginar a Coca y Ramón separados.
Ella lo conoce demasiado bien y lo cuida con cariño algo resignado. Él le
aporta el descontrol que abolla el tedio cotidiano. Y el “gato-perro”, el
inefable Fernet, la cuota
incontrolable. La fórmula no por sencilla es menos efectiva. En algunos años se
recordará a esta tira como una de las mejores de chistes de pareja de la época.
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