13/04: Nana – Vol. 7 (200
Págs.)
Ai Yazawa – Ivrea Editorial 2014
Hace dos meses,
comencé a leer nuevamente una serie que tenía abandonada, debido a su errática
publicación. Pero ahora que retomé la lectura de Nana, me volví a “copar” con
la serie, y con su autora, Ai Yazawa, ya que
logra una obra tan cercana y bella, que es una mangaka “alternativa” del shojo,
que merece la pena seguir. La serie viene siendo publicada en nuestro país por
la Editorial Ivrea, así como su obra
anterior, Paradise Kiss, que ya se
encuentra completa. Así que las obras de esta autora se pueden conseguir con
facilidad en las comiquerías argentinas. Vayamos entonces a la reseña del tomo
número 7, y debo decir que me ha dejado con un buen sabor de boca, y muchos
pensamientos para compartir.
La banda de de Nana está ganando cierto éxito en este
séptimo volumen, y tal es el boom de popularidad que va ganando en los pubs de
Tokio, que un ejecutivo de una compañía discográfica está interesado en ellos.
Esto va a provocar una extraña sensación en Hachi,
ya que sus amigos tienen sueños y están trabajando para lograrlos, mientras que
ella parece seguir estancada en un mismo sitio, sin ninguna pista a seguir para
lograr alguna meta. Sin duda una situación difícil de manejar para la joven
coprotagonista de la historia.
El sexo es siempre una buen calmante temporal
para ese tipo de problemas, y al menos Hachi
tiene a alguien para eso. No funciona a largo plazo, y su soledad es palpable a través
de las páginas. Un personaje que parecía estereotipado, demasiado idiota al principio del manga, Hachi logra ser un personaje que le interese al lector. Uno se
compromete y quiere ayudarla a averiguar su
lugar en el mundo, porque este tipo de dilemas son los que genera empatía con
los lectores.
Y
con esta necesidad de amor, que no está siendo satisfecha con su relación a
corto plazo, cambia de rumbo hacia Nobuo,
el guitarrista de la banda. Una gran decisión de Hachi, ya que Nobuo es un tipo diferente de hombre, que se acerca a su alma
primero, uno que quiere una novia en vez de un amigo con beneficios. Y
esto puede ser un cambio beneficioso para su vida.
Cuanto más tiempo pasas leyendo Nana, más me
comprometo con estos personajes, conociéndolos como si fueran personas reales,
porque tienen problemas reales. Personajes con defectos, pero agradables a su modo. Después de leer mangas
shojo más clásicos, el arte aquí parece que es de otro universo, más profundo y
significativo. Las caras juveniles y los cuerpos
delgados y estilizados de Ai Yazawa
son los vehículos perfectos para la pasión, confusión, incertidumbre, y los
sueños de los personajes. Yazawa hace un trabajo increíble para capturar sólo la expresión de
la escena, con sutilezas subyacentes, con líneas simples. Un manga
recomendado a los amantes del shojo por supuesto, pero también al público que
nunca toco un manga de esta género.
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