26/04: Detective
Marciano: Secretos Americanos (144 Págs.)
Gerard
Jones y Eduardo Barreto – Planeta DeAgostini 2008
En 1992 Gerard
Jones y Eduardo Barreto
hicieron una miniserie que Planeta DeAgostini recopiló hace varios años,
titulada “Secretos Americanos".
Es realmente una historieta inusual en muchos aspectos, extraña y digna de no
pasar desapercibida. Extraña porque en lo formal, cambia radicalmente, en cada
capítulo, de ambientación, aun siguiendo un hilo conductor. En el contenido,
porque está cargada de un descaro envidiable. El relato se sitúa en la Guerra
Fría, cuando el marciano más famoso de DC
Comics todavía asumía el aspecto de un agente de la ley mientras intentaba
adaptarse a su nuevo hogar, la Tierra, y aprender las costumbres de los
humanos, imitando los comienzos del personaje en la década del 50.
Es decir, es un Detective Marciano que aún no se ha desvelado al mundo, que no ha
entrado por tanto en la Liga de la
Justicia, que se oculta tras la identidad del policía de Denver
John Jones investigando casos humanos. Fieles a la cronología de
aquellas primeras historias, los autores sitúan la acción en plena Guerra Fría,
coherentes con parte de la mitología del Universo DC, ya que la Sociedad de la Justicia de América (Green Lantern, Doctor Midnight, Flash,
etc.) fue disuelta al negarse sus componentes a desvelar sus identidades
secretas ante el Comité de Actividades
Antiamericanas.
De eficaz dibujo, bien narrado, con interesantes referencias y un hábil despliegue de simbología y códigos a lo largo de sus páginas, Secretos Americanos es un cómic autoconclusivo de divertida lectura, inteligente y progresista. Gran parte de la culpa la tiene el mismo Detective Marciano, personaje versátil, ambiguo y cargado de una ingenua ironía: uno de los iconos clásicos del siempre interesante Universo DC.
De eficaz dibujo, bien narrado, con interesantes referencias y un hábil despliegue de simbología y códigos a lo largo de sus páginas, Secretos Americanos es un cómic autoconclusivo de divertida lectura, inteligente y progresista. Gran parte de la culpa la tiene el mismo Detective Marciano, personaje versátil, ambiguo y cargado de una ingenua ironía: uno de los iconos clásicos del siempre interesante Universo DC.
El
cómic tiene alguna parte un poco más floja, pero está repleto de diálogos y
momentos memorables: Además de la hilarante aparición de Fidel Castro y el Che Guevara, hay escenas sorprendentes como
la del "castigo" a la concursante obcecada, o la del acoso sexual por
parte del crío (que además está fumando) a una niña de su edad.
Dos recursos persisten a lo largo de la historia y contribuyen a construirla, un juego con el cómic/meta cómic ("citas" de comic books, tiras de prensa, el papel de editores pasados de rosca, superhéroes de DC), junto a la insistencia por parte de Gerard Jones de contextualizar la historia de misterio/superheróica en las claves histórico-políticas de mediados del siglo XX.
En resumen, estamos ante un cómic que se aleja del camino del género superheroico, para mezclar un policial noir con un relato de ciencia ficción, con conspiración, lagartos extraterrestres y detectives. Muy recomendable para los que busques una historia atípica y esté cansado de la machaca de superhéroes.
Dos recursos persisten a lo largo de la historia y contribuyen a construirla, un juego con el cómic/meta cómic ("citas" de comic books, tiras de prensa, el papel de editores pasados de rosca, superhéroes de DC), junto a la insistencia por parte de Gerard Jones de contextualizar la historia de misterio/superheróica en las claves histórico-políticas de mediados del siglo XX.
En resumen, estamos ante un cómic que se aleja del camino del género superheroico, para mezclar un policial noir con un relato de ciencia ficción, con conspiración, lagartos extraterrestres y detectives. Muy recomendable para los que busques una historia atípica y esté cansado de la machaca de superhéroes.
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