24/04: DMZ
Vol. 8: Corazones y Cerebros (192 Págs.)
Brian
Wood, Ryan Kelly y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2010
El volumen 8 de DMZ (que recopila los números 42 al 49) nos
presenta dos historias independientes de temática muy diferenciada. La primera
historia que tenemos está bautizada como No hay futuro (No future en
la edición original). En este relato los sospechosos habituales de la serie
casi desaparecen para dejar lugar a un hombre cuya anexión a un grupo de
insurgentes termina por conducirlo al borde del precipicio. Se trata de una
interesante historia que nos muestra cómo con las trampas psicológicas
adecuadas, prácticamente cualquier persona puede degradarse hasta convertirse
en un convencido terrorista suicida. En la siguiente trama, que da título al
tomo (Hearts and Minds en la edicion original) comprobamos como Matty Roth inicia una sucesión de
graves errores que conducen al periodista a un punto sin retorno en su estatus
dentro de la DMZ. La tensión en
Manhattan se vuelve a poner al rojo vivo.
Brian Wood,
guionista y creador de la colección, cuenta en esta ocasión con dos dibujantes.
En No hay futuro encontramos a Ryan Kelly, con quien Wood ha trabajado en trabajos de la altura de Local o Northlanders. Kelly
nos presenta en esta ocasión un arte expresivo y cumplidor, justo en las
escenas de acción pero muy certero en la expresión facial y corporal. Una
curiosidad, en el foro de Brian Wood
se presentó por primera vez las láminas de No Future engañando a los
fans y comentando que lo que el tándem estaba preparando era un trabajo para Punisher.
Por el contrario, en Corazones y Cerebros regresa el europeo Riccardo Burchielli, que presenta su habitual feísmo eficaz y su más que destacable narrativa de cómic contemporáneo; que sumerge al lector en cada escenario y cada situación.
Por el contrario, en Corazones y Cerebros regresa el europeo Riccardo Burchielli, que presenta su habitual feísmo eficaz y su más que destacable narrativa de cómic contemporáneo; que sumerge al lector en cada escenario y cada situación.
DMZ
se compone de doce volúmenes y al terminar el octavo, como si se tratara de una
perfecta operación matemática, parecemos estar cerrando el segundo acto. Matty nunca estuvo peor y la
última persona que podría hacerlo cambiar de opinión le pidió que nunca
volviera. La tensión con la que juega esta obra de ficción es extraordinaria, y
te hace querer seguir leyendo el resto de la historia. Una serie híper
recomendable, la cual tiene todo el potencial para convertirse en un clásico
moderno del cómic.
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