08/03: Vagabond – Vol. 30 (224 Págs.)
Takehiko Inoue – Editorial Ivrea 2009
Simplemente una obra de arte. En este
manga, tomando como base la novela de Eiji Yoshikawa, el
aclamado autor Takehiko Inoue (quien había
triunfado con su manga sobre el basket, Slam
Dunk) se lanza a relatar la historia de Musashi Miyamoto,
un histórico guerrero y espadachín del Japón feudal autor de El Libro de
los Cinco Anillos.
Esta serie empezó su andar en 1998, en la
editorial Kodansha, y aún hoy se
continúa publicando. En nuestro país, Editorial Ivrea trae los tomos españoles,
en una muy bonita edición con 8 páginas a color y sobrecubiertas. Este tomo 30
contiene los capítulos 361 al 369, y la traducción de Marcelo
Vicente. Lamentablemente, no contamos con las ricas e informativas
aclaraciones del traductor Agustín Gómez
Sanz de los tomos anteriores.
Por el Año 1600, Matahachi
Hon Iden y Takezo Shinmen,
compañeros de armas y amigos desde la infancia, son dos de los pocos
supervivientes de la decisiva y sangrienta batalla de Sekigahara, a pesar de haber
participado del bando perdedor. Shinmen
Takezo, quien será conocido como Musashi Miyamoto, lleva la violencia en la
sangre pero después de regresar a su aldea y conocer al monje Takuan decidirá iniciar una nueva vida
en una constante búsqueda de autoconocimiento y superación. Desde ese momento, Musashi vagará por el país enfrentándose
a los más grandes expertos en el arte de la espada y de las artes marciales que
se crucen en su camino en un periplo destinado a convertirle en toda una
leyenda.
Como todo buen protagonista, siempre tiene que tener una chica en su vida.
En este caso será Otsu, una amiga de
la infancia que estaba comprometida con su mejor amigo Matahachi, pero cuando Musashi abandona la aldea para seguir “El
Camino de la Espada”, ella sale en su búsqueda.
En cuanto a adversario, a Musashi siempre se lo ha asociado con
otro samurai de la época, llamado Kojiro
Sasaki. Como un dato interesante, vale la pena resaltar que el Kojiro verdadero no era sordo, pero Takehiko Inoue le atribuye esta discapacidad
para enriquecer al personaje, y hacerlo más carismático.
El dibujo de Inoue es demasiado elaborado, buenas líneas y sombras. Maneja muy
bien las expresiones de los rostros, los vestuarios, y es impresionante la manera en que plasma el
bello facial. Contiene muchas escenas de sexo, y violencia pero hasta en esas
situaciones, se ve muy bien y cuidado. Como él mismo lo aclara, esta obra tiene
mucho que ver con la relación del cuerpo y la naturaleza que lo rodea, por lo
que los fondos (bosques, mar, etc.) tienen una grandilocuencia que te parte la
cabeza.
En
este tomo, encontraremos más diálogos que en tomos anteriores, y carecerá de
escenas de peleas. Mientras Musashi
se encuentra prisionero y recuperándose de la herida de su pierna, tendrá unas
ricas charlas con el comisario que te hace reflexionar mucho sobre la condición
humana, la importancia que tenía el honor, y temas universales como la
necesidad del reconocimiento ajeno para llenar las carencias afectivas. La
parte sobrenatural del tomo vendrá en el fantasma con el que Otsu interactúa.
Es
una serie que te atrapa por lo perfectamente dibujado, y por el mensaje que
encontramos en la vida de este mítico personaje
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