15/03: Vagabond – Vol. 31 (224 Págs.)
Takehiko Inoue – Editorial Ivrea 2009
Vuelvo a leer otro tomo de este
extraordinario manga basado en la novela de Eiji Yoshikawa. El
autor es el admirado mangaka Takehiko Inoue,
quien nos cuenta la historia del legendario samurai Musashi Miyamoto,
con un dibujo realista, que hace hincapié en paisajes y naturaleza. Pero como
ya mencioné anteriormente, aparte del dibujo, la historia de este hombre que
busca ser una leyenda en todo Japón realmente es atrapante, lleno de metáforas
alrededor de la exploración personal.
La
edición de Ivrea tiene
sobrecubiertas, 8 páginas a color y traducción a cargo de Marcelo Vicente. Una muy cuidada edición, aunque sea
criticada en algunos círculos por traer al país la edición española. Debates al
margen, este volumen 31 contiene los capítulos del 270 al 278, y fue publicado
en España en Diciembre del 2009.
Nos encontramos ante un volumen donde vuelve
la acción y las peleas de espadas características de tomos anteriores. Esta vez
con un Musashi que evita volver a la
senda del asesino, y se defienda con una habilidad suprema, de los samuráis que
busquen matarlo para ser famosos en el arte de la espada. Esto llevará
nuevamente a la pregunta existencial si Musashi realmente abandonó la senda de asesinatos,
si realmente quiere dejarlos, o es un ser que se encuentra admirado por la
oscuridad. En este camino que Musashi
emprende hacia el Shogun, el hombre más importante de Japón, se encontrará nada
más y nada menos que con Ito Ittosai,
aquel viejo maestro samurai que había emprendido viaje con Kojiro Sasaki hasta la Batalla
de Sekigahara. Con este samurai, comprenderán que lo que están buscando es
una batalla donde arriesgar sus vidas.
Pero la parte más alta del tomo, sin duda es
cuando Matahachi decide cargar con
su anciana y enferma madre, de vuelta hacia la aldea de Miyamoto. En este viaje es cuando nos enteramos parte de la
infancia de Matahachi y la juventud
de su madre, quien nos parecía una líder anciana de su clan, pero aquí se nos
muestra otra faceta. Matahachi tendrá
su búsqueda por encontrarse consigo mismo, y al mismo tiempo de entenderse con
su madre. Realmente son unas escenas muy bien logradas, en ese tono
introspectivo al que nos tiene acostumbrado este genial mangaka.
Del dibujo poco más que agregar, los paisajes
están muy bien logrados, con bosques que realmente parecen reales y el agua con
esa sensación de movimiento. Los momentos introspectivos de los personajes se
combinan a la perfección con el dibujo, y eso es algo por el que se lo alaba a
este manga.
Nos acercamos al final, quedan pocos tomos, y
espero que me siga sorprendiendo y deleitando la vista como siempre.
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