17/03: Superman: Las Primeras 100 Historietas Vol. 5

17/03: Superman: Las Primeras 100 Historietas – Vol. 5 (122 Págs.)

Jerry Siegel y Joe Shuster – Grupo Clarín 2010

Nos encontramos ante un nuevo tomo recopilatorio de las 100 primeras aventuras de Superman, publicado por Clarín junto a su diario. Como es habitual, la traducción es de Anna Fonoll Branchadell  y el prólogo del guionista argentino de historietas, Alejo García Valdearena. Este quinto tomo contiene 8 historias, publicadas en Action Cómics 22 al 25 y Superman 4, entre Marzo y Junio de 1940. Nuevamente me encuentro ante un tomo con guiones flojos, bien de la época, donde importaba transmitir un mensaje, una bajada de línea a los niños americanos. Pero se diferencia con historias posteriores al tratarse la muerte como el fin para los villanos, algo que tuvo que modificarse para poder ser publicado en diferentes diarios y que no hayan quejas al respecto.

 Los primeros dos capítulos tienen como título “Europa en Guerra”, y no es un dato menor teniendo en cuenta que en esos años Estados Unidos se encontraba en plena Segunda Guerra Mundial.  Pero para disimularla, la historia  se sitúa en Europa pero en dos países ficticios, que se encuentran en guerra por una mente criminal y maestra que (como no podía ser de otra manera) busca gobernar el mundo. En esta aventura Superman pelea contra una espía, torpedos, submarinos, aviones, dirigibles, y por si fuera poco, la mente maestra detrás de la guerra, que no es otro que Lex Luthor, el archi famoso archi enemigo del Hombre de Acero, que hace su primera aparición  a lo grande (y con cabellera colorada). Finalmente, Superman evita que continúe la guerra entre estas dos naciones ficticias.

 La tercer historia continuará con Luthor como antagonista principal, que en este caso con un invento militar provocará terremotos en ciudades para pedir rescates, y hasta desafiará a Superman a diferentes pruebas a superar en una absurda apuesta, en unas escenas infantiles, orientadas al humor de ver a Superman airoso de las pruebas que parecen insuperables (como una carrera, soportar balas de cañón, etc.). El final apurado no ayuda a esta floja aventura.

 En la cuarta historia Superman investigará unas catástrofes que se dan cuando los pozos de petróleo se secan y la costa oeste de Norteamérica corre peligro de inundarse. Detrás de todo se encontrará Luthor, que esta vez saca a flote una isla sumergida, con dinosaurios prehistóricos, a los que Superman enfrentará,  y como siempre, también sobrevivirá contra aviones y persecuciones.

 En la siguiente aventura, tenemos a Superman salvando a su patria de unos ataques terroristas que la sumergirán nuevamente en depresión, todo un golpe efectista para la época.  Superman logrará vencer a los conspiradores, y lo hará realizando nuevamente proezas como detener un tren o evitar explosiones.

 La siguiente aventura enfrentará a Superman con una mafia que se adueñará del sindicato de camioneros para realizar una huelga que desabastezca la ciudad (¿esto me recuerda a Argentina?) para pedir una recompensa. Superman se infiltrará en la mafia para desarticularla.

 En la séptima historia Superman buscará la inocencia de un joven que fue culpado por un asesinato que no cometió. Resulta curioso ver la liviandad con la que tratan la pena de muerte y la silla eléctrica como condena del juicio. El final tendrá la típica moraleja cuando el joven busque redimirse de su vida de jugador siendo un director de un orfanato.

 La última historia mejorará al enfrentar a Superman contra un hipnotizador que asalta banco utilizando su poder mental contra los policías.  Por fin veremos un oponente que ponga a problemas al Hombre de Acero cuando éste no pueda utilizar su fuerza por el poder mental del hipnotizador.

 El dibujo de Joe Schuster seguirá mostrándonos rostros indefinidos y fondos sin detalles, pero el guión de Jerry Siegel, aún con inverosímiles y aventuras orientadas al público infantil, mejorará en este tomo con la llegada de Luthor, el archi enemigo más conocido del Hombre de Acero, para al menos complicarle la vida y dejar más de lado las historias con moralejas.