24/06: El Maravilloso Pequeño Gran Mundo
de Raúl Estádler (56 Págs.)
Nicolás Brondo – Llanto de Mudo 2012
A veces no hace falta sobrecargar viñetas
o extensos diálogos para transmitir una idea rápida, sencilla y, sobre todo,
graciosa. Dos líneas de diálogo pueden, en esos casos, ser más importantes que
paneles de construcción compleja. Nicolás Brondo
se sale con la suya manteniendo esa perspectiva, y consigue de igual manera un
solidísimo libro de historieta humorística con El maravilloso pequeño gran mundo de Raúl Estádler,
que la editorial cordobesa Llanto de Mudo
publicó en el país en marzo del 2012.
Si
esto es así, será porque antes que humorista gráfico, Brondo es dibujante, y un gran dibujante. En Raúl Estádler, el autor presenta a un personaje
irascible que detesta todos los grandes tópicos de la historieta contemporánea
e, incluso, a la historieta misma. Y uno creería que Raúl Estádler es un alter ego del propio Brondo si no fuese porque es fácil intuir el cariño que el cordobés
siente por aquellos a los que menciona (incluso sus guionistas). Raúl Estádler incluso detesta el hecho
mismo de ser dibujante, pero evidentemente tiene un amor negado que le impide
hacer otra cosa más que dibujar esas historietas que detesta. Es que, aunque
reniegue, su vida está junto al tablero de dibujo.
El humor de Raúl Estádler está más cerca del grotesco y de la acidez que de la
sitcom habitual en otras obras que abordan el oficio historietístico. El
protagonista desea activamente la muerte de guionistas (y se los imagina muy
detalladamente en poses finales más bien indignas), desprecia su pasado
fanzinero y busca algo de solaz en la plaza, a la que acude con papel y plumín,
porque hay que seguir dibujando “historietas automáticas”.
En el dibujo, Brondo explora estilos en las una historietas corta (rara vez
alguna dura más de dos páginas). Desde tramas recargadas a trazos sueltos,
comentarios cortos en cuadro de texto o extensos globos de diálogo, e incluso
diálogos al pie de viñeta. Y de todas las pruebas sale bien parado, con el
efecto bien logrado para el chiste de turno.
Una porción no menor del libro está compuesta
por colaboraciones cortas realizadas por colegas de Brondo. Hay chistes de Gustavo Sala, ilustraciones de Dante Ginevra, Max Aguirre, Diego Parés, Nacha Vollenweider y otros. Lo que más se destaca de este pasaje,
sin embargo, son dos historietas cortas que ilustra el autor, pero con guión de
Luciano Saracino y Roberto von Sprecher y que, justamente,
vuelven sobre la cuestión de la relación de Estádler
con los guionistas. Redondea el tomo una suerte de aparición estelar de Andrés Accorsi “criticando” el libro que
el lector tiene entre manos.
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