03/06: Peter Kampf Lo Sabía (64 Págs.)
Carlos Trillo y Domingo Mandrafina – Ojo
de Pez 2011
Un autor ícono de la historieta nacional
con el que me he enganchado es Carlos Trillo, y
según unas recomendaciones, no podía perderme la obra Peter Kampf lo sabía, con los
inmejorables dibujos de Domingo “Cacho” Mandrafina. Fue publicada en forma de libro en Octubre del
2011 por la editorial
argentina Ojo De Pez,
en una edición magnífica que cuenta con prólogo de Pablo De Santis
y dos excelentes textos alusivos de Fabio Blanco y Javier Benyo. Incluye además la historieta corta
de la misma dupla titulada “Los héroes están
cansados” (originalmente aparecida en la revista SuperHumor). De esta manera se
complementan las 46 páginas de la historia principal con unos bonitos extras, y
la historieta corta de 6 páginas, que es toda una visión y crítica al estado de
la historieta argentina hace apenas 30 o 40 años atrás.
Peter Kampf lo sabía fue publicada en Fierro en 1988, y es el relato ucrónico de una búsqueda. Paul Laudic, editor francés de
historietas y experto en la materia, llega a los Estados Unidos acompañado de
su novia colombiana Karin Milas,
para ver los originales de Peter Kampf, tira diaria del historietista Al Hit que había visto la luz en el Daily News a finales de la década de
1920. De hecho, el año de publicación de la tira en la ficción (1928) coincide
con la fecha de salida del segundo volumen del tristemente célebre libro Mein
Kampf (Mi lucha), de Adolf
Hitler. Al Hit es, precisamente,
el seudónimo de Adolf Hitler, pintor
austríaco que se dedica a producir historietas para la prensa norteamericana.
Sobre esta premisa insuperable, Trillo
y Mandrafina construyen una historia
única, más allá de que la idea de un mundo en que el nazismo y la llegada de
Hitler al poder jamás se produzcan ha sido explotada de diversas maneras en la
literatura, como señala Pablo De Santis en el
prólogo.
La variante del guión de Trillo, que hace de Hitler un historietista, le confiere a esta
obra un carácter especial, por la profunda relevancia que adquiere para las
discusiones sobre el arte mismo de la historieta y el arte en general. Al mismo
tiempo, Mandrafina se luce alternando
en este caso su característico estilo con un estilo afín al de las tiras de
prensa de los años veinte (para graficar las tiras de Al Hit, que salpican la narración de manera perfecta y en relación
más que estrecha con esa narración), pero sin olvidarse de crear un mundo
totalmente verosímil en el que nos sumergimos desde la primera viñeta. Justo
entre el realismo más clásico y la expresividad más absoluta está el dibujo de Mandrafina. Aparte de la denuncia
política y social, y una reflexión sobre
la narración (puesta al servicio de la propia narración), en el guión de Trillo además están esos detalles que su
talento jamás olvidaba colocar: la frase “No te metas, Steve, no te metas”
resuena a dictadura en el oído argentino; de la figura de Goebbels, que en la ficción dirige una agencia de publicidad, se
dice que se ocupa de promocionar jabones y gaseosas, elementos que remiten a chistes
antisemitas y al origen de la bebida Fanta (asociada con el nazismo), además de
referir magistralmente también a la Coca-Cola, “el sabor para la América blanca”; el editor
Paul Laudic problematiza la figura de
los colaboracionistas franceses durante la Segunda Guerra
Mundial, etc.
Esta
historieta constituye, entre tantas otras cosas, una gran parábola sobre el
nazismo, y es también una gran metáfora
sobre el poder del arte, sobre su relación con la política y la ética. Su último
cuadrito, me parece artística y simbólicamente insuperable. Una obra
inagotable por donde se la lea y se la mire. Historieta en grado pleno.
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