12/06: Oh-Roh: El Rey Lobo (202 Págs.)
Buronson y Kentaro Miura – MangaLine
Ediciones 2006
Oh – Roh es un
manga del popular mangaka japonés Kentaro Miura, quien salta a la gloria con una obra seinen de gran
envergadura, Berserk. Pero ese no es
todo el atractivo, si no que el guionista es nada más y nada menos que Buronson, guionista no menos famoso en su país por
haber escrito el clásico ochentoso Hokuto
No Ken. En Oh – Roh,
podemos encontrar un tomo único que no pasa de resultar curioso y entretenido,
que con la excusa de un viaje temporal nos cuentan una historia plagada de
machaca, matanzas sanguinarias, tipos musculosos y más matanzas sanguinarias.
Nos llega al idioma español de la mano de la extinta editorial MangaLine Ediciones, que publicó esta
obra en Septiembre 2006, con la traducción
a cargo de Kayoko Nadabe, quien también aporta
unas aclaraciones para entender el contexto histórico.
El
protagonista es Iba, un joven historiador que, poco antes de la fecha de su boda,
realiza la ruta de la seda para completar unas investigaciones. Tras su marcha,
Iba desaparecerá sin dejar señales de vida. Después de un año, Kyoko,
su prometida, decide realizar la ruta de la seda para buscar pistas sobre el
paradero de Iba. En un confín remoto del desierto, encuentra un amuleto
que una vez regaló a su amado y, de repente, en el cielo se forma una espiral
que la absorbe y le hace perder el conocimiento. La prometida despertará en una
casa antigua y comprobará que está vestida con ropajes tradicionales. Allí, una
mujer le comentará que la encontraron desmayada por las afueras de su ciudad y
la acogieron en su casa para que se recuperara. Kyoko no tardará mucho
en deducir que ha sido transportada al pasado, concretamente, en la Mongolia del siglo XIII.
Además, pronto volverá a encontrarse con su amado Iba, el cual ha
sobrevivido durante un año en cruentas batallas entre esclavos para la mera
diversión de uno de los generales del imperio mongol. Pero todo dará un giro
inesperado cuando Iba llega a estar
cara a cara con Gengis Khan, que el
legendario guerrero japonés Minamotomo
Yoshitsune, un personaje histórico que vivió en la misma época. De esta
manera Buronson juega con el relato histórico y con un elseworld en su historia
de violencia.
Si bien el dibujo de Kentaro Miura es muy
bueno, detallista y realista, en algunas viñetas donde se ejecutan luchas con
armas de filo, los movimientos han llegado a confundirnos ligeramente sin que
podamos hacernos una idea precisa de los ataques.
En
definitiva, Oh – Roh es una obra recomendable a los fans de Kentaro
Miura y Buronson, pero que
igualmente consigue cumplir perfectamente su función de entretener, aunque
podría haberse mejorado aspectos generales si hubiera abarcado algún tomo más.
También este manga puede resultar llamativo a los apasionados de la historia
oriental, ya que no faltarán espadas y personajes históricos.
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