02/03: Buda
Vol. 2 (265 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini
2002
Hace
cientos de años en la India, las sequías y las hambrunas azotan al país y su gente está
obligada a un estricto sistema de castas. Los brahmanes anuncian el nacimiento
de un niño bendecido con el derecho para
convertirse en un dios. Su nombre es Siddhartha Gautama, más tarde conocido
como el Buda. Sin embargo, la vida de Siddhartha
no será fácil. Él va a experimentar el amor y la
pérdida, aprender sobre el valor de la vida y de influir en la vida de muchos.
Esta es la biografía completa de Buda,
a los ojos del Rey del Manga, Osamu Tezuka,
autor ya fetiche para el blog.
En
las primeras 100 páginas de este segundo volumen, como en todo el primer tomo
por increíble que parezca, Siddhartha,
quien se convierte en Buda y da
título a la serie, apenas se menciona como un príncipe recién nacido, y se da
un buen desenlace a la historia que llevan a cabo los personas creados por Tezuka exclusivamente, como Tatta y Chapra. Una historia muy entretenida, que te cautiva hasta su
desenlace, con mucho drama, pero a la vez mucho humor, con esos personajes
dibujados en ese tono inocente que hacen slapstick, se golpean, se caen y se
gritan de forma graciosa, aún cuando en el hilo de la trama hay muertes y
crítica social.
Ya en la
segunda parte de este segundo volumen de Buda,
Tezuka nos lleva a través de la
juventud de Siddhartha, como pasó como
un príncipe débil, que duerme con frecuencia, y tiene visiones. En una aventura fuera de los muros del castillo, se encuentra
con un Tatta adulto y se enamora de
una mujer esclava, Migaila. Sin
embargo, da para pensar si el amor entre Siddhartha
y una esclava se basaba en los hechos históricos, o salió específicamente de la
mente de Tezuka y darle una nueva
perspectiva a la vida de Siddhartha,
al saber que una vez tuvo una historia
de amor malogrado.
El
conflicto entre lo que cree y sus deberes como un príncipe parece fundamental
para la trama, pero en realidad es la renuencia de Siddhartha para seguir su vocación y abandonar el castillo para ser
un monje que está en el meollo de los conflictos de la vida real. Resulta agradable leer acerca de la época
de un Buda como un niño mimado.
A pesar de que tiene talento natural con la meditación
y las visiones. Y esto es una de las cosas que
me más me han gustado: ver a Buda
comenzar de esta manera. Él no es perfecto, sino
que simplemente aprendió y trabajó hacia el Nirvana.
Los puntos más débiles del libro son las partes
que incluyen personajes de Tezuka compone exclusivamente por su cuenta.
Este
segundo volumen funciona muy bien, sin dudas mejor que
el primer tomo
El arte es más agradable, pero no es increíble,
aún con los vicios de los dibujos aniñados y shonen de Tezuka, con sus chistes de personajes golpeándose o gritándose,
dando humor a una historia más dramática y humanista. Una nueva e interesante forma de explorar la vida del Buda,
esta entretenida serie fue publicada al español por Planeta DeAgostini. No soy creyente en Buda, pero tengo mi creencia
por el Dios del Manga.
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