09/03: Battle Royale – Vol. 6
(192 Págs.)
Koushun Takami y Masayuki
Taguchi – Editorial Ivrea 2006
Shinji
Mimura y Yutaka
Seto continúan con su plan para hacer estallar la base de operaciones del
programa, aunque los constantes errores de Yutaka hacen cada vez más
difícil la tarea y reducen la paciencia de su amigo y protector. Mientras, Kazuo Kiriyama tiene un nuevo blanco: Shuuya, Shogo y Noriko. ¿Podrá Hiroki Sugimura ayudarlos a sobrevivir ahora que se ha unido al
grupo de Nanahara? Así es la
sinopsis de este sexto tomo de Battle Royale, la serie de terror y
ciencia ficción que Koushun Takami creó primero
como novela y luego adaptándolo a manga, con los dibujos de Masayuki Taguchi, que se especializa en retratar
escenas de mucho gore y mucho morbo. Y eso lo hace un dibujante muy idóneo para
retratar una serie en la cual muchos estudiantes tienen que matarse entre sí
para sobrevivir, género que se puso de moda luego de las películas de la saga
Juegos del Hambre, aunque en la época de este manga y luego su película, esto
era muy novedoso.
Un buen tomo, pese a que sorprendentemente no
haya ninguna baja en él.
Por un lado, Sugimura contacta con Shuuya y compañía, y con esto tenemos un flashback algo emotivo sobre cómo se conocieron ambos. Sin embargo, Sugimura anda detrás de Kayoko Kotohiki, así que no puede quedarse con ellos y se separan, no sin antes acordar una forma de comunicación para volver a reencontrarse luego.
Sin embargo, cuando Shuuya y los suyos abandonan la zona, son atacados en mitad de la nada por Kiriyama, y al final Nanahara tiene que sacrificarse por el resto (por fin hace algo útil) y hacer de señuelo mientras que Shogo y Noriko escapan.
Tenemos así una persecución increíble, donde Kiriyama parece un T-1000 (bueno, casi), y acaba hiriendo a Shuuya. Pero cuando todo parece perdido, Sugimura entra en escena y salva a su compañero. O eso cree él. Por otro lado, Mimura y Yutaka siguen con su plan, ya con todo reunido y dispuestos a colocar la cuerda para llevar la bomba hasta la escuela. Sin embargo, cuando se disponen a salir de su escondite, Keita Iijima aparece ante ellos. ¿Será un obstáculo en su plan? El tiempo corre, y no hay momentos para entretenerse.
Un tomo bastante bueno, que te deja con todo el vicio para leer el tomo siguiente. La única contra que tengo es que, pese a que el estilo de dibujo de Taguchi me gusta, hay veces que sus personajes son chocantes cuando empiezan a llorar.
Por un lado, Sugimura contacta con Shuuya y compañía, y con esto tenemos un flashback algo emotivo sobre cómo se conocieron ambos. Sin embargo, Sugimura anda detrás de Kayoko Kotohiki, así que no puede quedarse con ellos y se separan, no sin antes acordar una forma de comunicación para volver a reencontrarse luego.
Sin embargo, cuando Shuuya y los suyos abandonan la zona, son atacados en mitad de la nada por Kiriyama, y al final Nanahara tiene que sacrificarse por el resto (por fin hace algo útil) y hacer de señuelo mientras que Shogo y Noriko escapan.
Tenemos así una persecución increíble, donde Kiriyama parece un T-1000 (bueno, casi), y acaba hiriendo a Shuuya. Pero cuando todo parece perdido, Sugimura entra en escena y salva a su compañero. O eso cree él. Por otro lado, Mimura y Yutaka siguen con su plan, ya con todo reunido y dispuestos a colocar la cuerda para llevar la bomba hasta la escuela. Sin embargo, cuando se disponen a salir de su escondite, Keita Iijima aparece ante ellos. ¿Será un obstáculo en su plan? El tiempo corre, y no hay momentos para entretenerse.
Un tomo bastante bueno, que te deja con todo el vicio para leer el tomo siguiente. La única contra que tengo es que, pese a que el estilo de dibujo de Taguchi me gusta, hay veces que sus personajes son chocantes cuando empiezan a llorar.
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