02/05: Buda
Vol. 4 (282 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini
2002
La épica serie Buda
continúa en este volumen cuatro publicado al español hace varios años por Planeta DeAgostini. En este tomo, hay dos ejes
principales en los que la historia se divide claramente. La primera parte, que
ocupa las primeras 150 páginas, tiene como protagonista a Devadatta, y nos narran la historia de su infancia y la formación
de sus ideales. El segundo eje, trae devuelta el argumento principal del viaje
de Siddhartha con el monje Dhepa (el monje que se quemó su ojo en el
libro anterior) y Assaji,
el niño de una familia pobre que lo dejan al cuidado de los dos monjes).
El estilo
religioso de Dhepa es marcadamente
diferente a las actitudes de Siddharta
como vimos en el tomo pasado, él cree que la santidad se logra a través de
duras pruebas personales de tortura que podrían dejar fácilmente un monje
muerto; mientras Siddhartha ama la vida y la sospecha de
que el camino hacia la iluminación viene a través de cuidado de ti mismo para
que pueda seguir su camino honesto y útil a través de una vida plena y
realizada. Esto se ve mucho más definido en este tomo, cuando Siddharta rechace ofertas de fortuna de
diferentes príncipes, siguiendo firmemente en sus creencias de monje, y hasta
evitando una batalla entre soldados y la banda criminal liderada por Tatta, uno de esos personaje
secundarios que abundan en esta serie y se van conectando a la vida del
protagonista.
También vemos la historia de la infancia de Devadatta (el hijo de Bandaka, el guerrero que aterrorizó a Siddartha en los dos primeros volúmenes)
que es echado de su casa y amamantado y criado por lobos (siguiendo la fábula
de Rómulo y Remo), dándole una perspectiva muy única de la vida y la
supervivencia. Hay una interesante parte en esta historia en la cual la madre lobo le dice a Devadatta
que los humanos son los únicos animales que matan cuando no tienen hambre.
La bondad de los y las lecciones que se pueden aprender
del mundo animal es un tema persistente en toda la serie que me gusta mucho.
Cómo usa Osamu Tezuka a los personajes es
impresionante, la construcción que hace de cada personaje principal,
otorgándole tantas páginas (nada más y nada menos que 150 páginas para
introducir a un personaje secundario como Devadatta)
le da un panteón de apoyo al personaje principal, para que no sea un cómic
biográfico más frío. El
estilo artístico del Manga no Kamisama como siempre puede parecer simplista al
principio, pero pronto uno se acostumbra y, descontando esas escenas
humorísticas de caídas o animalitos a lo Disney, hay páginas que a menudo vale
la pena detenerse apreciar el arte, sobre todo en los paisajes.
Siento que la serie realmente realiza un paso
hacia adelante con este libro, ganando un ritmo más significativo, dejando un
poco esa pachorra de los primeros tomos. También Buda
demuestra que los cómics sobre los iconos religiosos pueden ser tan accesibles
y fascinantes como los cómics que cubren los géneros de ficción más comúnmente
asociados con el medio.
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