27/05: El Lobo Solitario y su Cachorro Vol. 3: La
Colina de los Lobos (432 Págs.)
Kazuo Koike y Goseki Kojima – Planeta
DeAgostini 2004
La
aventura de Itto Ogami y Daigoro continúa en este tercer volumen
titulado (como un capítulo) La Colina de
los Lobos, publicado al español por Planeta
DeAgostini. Una vez más, los capítulos son autoconclusivos y narran los
distintos encargos de asesinato de Itto.
Pero poco a poco se introduce algo de trasfondo sobre la cultura japonesa para
que entendamos las acciones de los personajes o los conflictos que se
desarrollan: los criados temporeros, el campanero, los bodhisattva, la yakuza,
las mafias de prostitución, etc. Además, por fin empezamos a saber algo sobre Itto, que deja de ser un asesino
impersonal para convertirse en una persona de carne y hueso, con un pasado. Fue
una persona importante que acabó siendo traicionado y se vio obligado a huir con
su hijo para seguir el camino del asesino. Nuevamente, confluyen a al
perfección los argumentos de Kazuo Koike con el
dibujo de Goseki Kojima,
y se entiende el por qué de las buenas críticas que han tenido estos autores
con esta obra.
El cómic se confirma como una historia
violenta, que disfruta de las escenas de lucha y se recrea en ellas. Veremos a Itto despedazando y atravesando a todo
lo que se pone por delante, saliendo ileso de peleas con inferioridad numérica,
venciendo los más hábiles asesinos y
soldados sin despeinarse. Y tengo que decir que me gusta. Sin embargo, de cuando en cuando me
gustaría una pelea que no acabara en muerte, que Itto se creara un enemigo regular, o que las peleas sirvieran para
demostrar quién es mejor luchador, sin llegar a matar a nadie. Eso no ocurre
aquí. Itto habla y habla con sus rivales, y después los mata sin piedad.
Estamos
ante un volumen empapado de cultura japonesa como mencioné anteriormente, y
nunca se ve tan claramente como la concepción japonesa del deber y el honor. Un
ejemplo es el capítulo en el que un campanero encarga un trabajo a Itto. Su puesto es de mucha importancia,
pero es viejo y va a jubilarse. Tendrá que dejar el campanario a cargo de uno
de sus tres discípulos. Pero el campanero protege la ciudad, y debe ser muy
hábil en combate. De modo que le pide a Itto que luche contra ellos y trate de
cortarles el brazo derecho (con el que manejan la campana). El aprendiz haría
cualquier cosa para proteger su brazo derecho.
Muy
bien, una pausa. ¿Qué clase de padre envía a sus hijos a enfrentarse al asesino
más letal de Japón con ánimo de que éste les corte un brazo? ¿Qué clase de
padre antepone su oficio a su familia? Un padre japonés, por lo visto. Entiendo
la idea del honor por encima de todo, pero esto tal vez no permita que el
lector occidental, marcado por otra idiosincracia e imaginario, no pueda
empatizar con estos personajes.
En definitiva, está resultando ser un manga
muy interesante y distinto a los demás, que no tiene reparos en regodearse en lo
que más le gusta: las peleas, sin dejar por ello de ser muy didáctico y mostrar
los exóticos valores de una cultura tan lejana como la japonesa.
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