13/05: Batman: Gotham Noir (80
Págs.)
Ed Brubaker y Sean Philips –
ECC Ediciones 2014
Cuando
uno encuentra en la portada de un cómic a Ed Brubaker y Sean Phillips,
lo normal es que pensemos que se trata de un producto de calidad. Recordemos
obras como Sleeper, Criminal o Fatale, por ejemplo, que han llevado al dúo de autores a
ser considerado uno de los mejores productores de obras relacionadas con el
género negro en el Noveno Arte. Sin embargo, la obra que nos ocupa hoy, Batman:
Gotham Noir, no es precisamente la mejor de sus
colaboraciones. Tal vez el hecho de que ésta fuera una de sus primeras
colaboraciones tenga mucho que ver con el resultado del producto, y es que para
llegar a las cotas de calidad a la que ambos autores nos tienen acostumbrados,
primero hay que labrarse un camino con todo tipo de experiencias.
Para
empezar el título de Batman:
Gotham Noir es engañoso. Es verdad que el Hombre Murciélago
aparece, pero es más bien un personaje secundario cuya participación en la
historia no es muy determinante. El verdadero protagonista es James Gordon, que lejos de ser el
famoso comisario de policía, en esta obra es un ex policía muy amigo del
alcohol que se dedica a la investigación privada. Este cambio del rol
tradicional se debe a que la obra está escrita como si fuera un elseworld
ambientado en el Gotham de 1949. Por
tanto, en las páginas de este cómic nos vamos a encontrar gángsters, políticos
corruptos y chicas de salón en peligro. La misión de Gordon será desentramar el misterioso asesinato de una hermosa
chica, en el que él mismo se ha visto envuelto.
Batman: Gotham Noir es la primera prueba de que a Brubaker y a Phillips les motiva el tema noir, los crímenes sin resolver, y la
estética y cultura pulp. Brubaker
sabe qué materiales utilizar para escribir una obra como esta, se nota que le
encanta el tipo de entretenimiento anterior al nacimiento de los superhéroes y
el que se puso de moda posteriormente, en los años 50. Pero por mucha temática
propia de esas épocas que se utilice, si no hay un artista que sepa reflejarla,
entonces no sirve de nada. Y ese es el gran don de Phillips, que sabe expresar con sus lápices, y con la ayuda del
colorista Dave Stewart, la atmósfera
que el guionista quiere representar. Es un deleite ver cómo Phillips es capaz de caracterizar
detalles tan fielmente como la moda y la arquitectura de finales de los 40.
Por otro lado, uno de los aciertos de Brubaker es la idea de situar a Batman en la década de los 40. Resulta
interesante que en este cómic él no es el protagonista. Los habitantes de Gotham creen que Batman es una fantasía, una leyenda urbana creada para asustar a
los malhechores. Y es con esta premisa con la que juegan Brubaker y Phillips, que
presentan al Caballero Oscuro de una manera tan vaga y ambigua que hasta el
final del cómic nos quedaremos con la duda de si es real o no.
En
definitiva, Batman: Gotham Noir es una obra que pone de manifiesto el
amor e interés que tanto Brubaker
como Phillips sienten por el tipo de
publicaciones de mediados del siglo XX, pero siendo uno de sus primeros
intentos (estamos hablando de una obra de 2001), dista de ofrecer la calidad a
la que últimamente nos tienen acostumbrados. Sin embargo, para los amantes del
noir, funciona muy bien.
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