miércoles, 13 de mayo de 2015

13/05: Batman: Gotham Noir



13/05: Batman: Gotham Noir (80 Págs.)
Ed Brubaker y Sean Philips – ECC Ediciones 2014

Cuando uno encuentra en la portada de un cómic a Ed Brubaker y Sean Phillips, lo normal es que pensemos que se trata de un producto de calidad. Recordemos obras como Sleeper, Criminal o Fatale, por ejemplo, que han llevado al dúo de autores a ser considerado uno de los mejores productores de obras relacionadas con el género negro en el Noveno Arte. Sin embargo, la obra que nos ocupa hoy, Batman: Gotham Noir, no es precisamente la mejor de sus colaboraciones. Tal vez el hecho de que ésta fuera una de sus primeras colaboraciones tenga mucho que ver con el resultado del producto, y es que para llegar a las cotas de calidad a la que ambos autores nos tienen acostumbrados, primero hay que labrarse un camino con todo tipo de experiencias.

Para empezar el título de Batman: Gotham Noir es engañoso. Es verdad que el Hombre Murciélago aparece, pero es más bien un personaje secundario cuya participación en la historia no es muy determinante. El verdadero protagonista es James Gordon, que lejos de ser el famoso comisario de policía, en esta obra es un ex policía muy amigo del alcohol que se dedica a la investigación privada. Este cambio del rol tradicional se debe a que la obra está escrita como si fuera un elseworld ambientado en el Gotham de 1949. Por tanto, en las páginas de este cómic nos vamos a encontrar gángsters, políticos corruptos y chicas de salón en peligro. La misión de Gordon será desentramar el misterioso asesinato de una hermosa chica, en el que él mismo se ha visto envuelto.
Batman: Gotham Noir es la primera prueba de que a Brubaker y a Phillips les motiva el tema noir, los crímenes sin resolver, y la estética y cultura pulp. Brubaker sabe qué materiales utilizar para escribir una obra como esta, se nota que le encanta el tipo de entretenimiento anterior al nacimiento de los superhéroes y el que se puso de moda posteriormente, en los años 50. Pero por mucha temática propia de esas épocas que se utilice, si no hay un artista que sepa reflejarla, entonces no sirve de nada. Y ese es el gran don de Phillips, que sabe expresar con sus lápices, y con la ayuda del colorista Dave Stewart, la atmósfera que el guionista quiere representar. Es un deleite ver cómo Phillips es capaz de caracterizar detalles tan fielmente como la moda y la arquitectura de finales de los 40.
 Por otro lado, uno de los aciertos de Brubaker es la idea de situar a Batman en la década de los 40. Resulta interesante que en este cómic él no es el protagonista. Los habitantes de Gotham creen que Batman es una fantasía, una leyenda urbana creada para asustar a los malhechores. Y es con esta premisa con la que juegan Brubaker y Phillips, que presentan al Caballero Oscuro de una manera tan vaga y ambigua que hasta el final del cómic nos quedaremos con la duda de si es real o no.
En definitiva, Batman: Gotham Noir es una obra que pone de manifiesto el amor e interés que tanto Brubaker como Phillips sienten por el tipo de publicaciones de mediados del siglo XX, pero siendo uno de sus primeros intentos (estamos hablando de una obra de 2001), dista de ofrecer la calidad a la que últimamente nos tienen acostumbrados. Sin embargo, para los amantes del noir, funciona muy bien.

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