15/05: Biblioteca Grandes del
Cómic - Drácula – Vol. 11 (162 Págs.)
Marv Wolfman y Gene Colan –
Planeta DeAgostini 2003
Como en el mes pasado,
este mes vuelvo a ver dos maneras de dibujar de Gene
Colan. En la reseña del 08/05, cómo el maestro pone su impronta al
género superheroico, pero me sigue pareciendo excelente su juego de luces y su
toque único con el claroscuro en una serie como esta. El guionista de toda esta
serie es el genial Marv Wolfman. Sin embargo,
este onceavo tomo no finaliza la serie Drácula
de la Biblioteca Grandes del Cómic
que publicó Planeta DeAgostini, porque tuvo tanto éxito esta
colección, que tendremos otros tomos que recopilaran apariciones de Drácula en otras colecciones de Marvel, e incluso los magazines
dedicados a los vampiros que se publicaba en la moda del terror de los 70. Este
tomo entonces recopilará los números Tomb
of Dracula 64 al 70, publicados
originalmente entre Mayo de 1978 y Agosto de 1979.
En el volumen anterior, todo daba para que
entremos en la recta final de esta fantástica serie. Drácula era llevado al infierno por el mismísimo Satán que, molesto con el vampiro, en
el primer número de este tomo vemos cómo le arrebata sus poderes vampíricos,
transformándolo en un simple mortal. En este capítulo, el trabajo de Gene Colan es preciosista, demostrando
que tiene un don especial para esos dibujos difusos del diablo y del infierno.
En los siguientes tres números, Wolfman explorará las consecuencias de
tener un Drácula completamente
humano, perdido en la ciudad de New York, y remarco la palabra “perdido”,
porque sufre de anacronismo. No entiende los lugares de divertimentos de la
juventud, ni cómo conseguir dinero, sufre por primera vez el hambre y frío. Y
mientras sufre todas estas calamidades, también sentirá por primera vez ser
perseguido, en lugar de ser un predador. Lo perseguirá la policía, ladrones de
poca monta de New York, y su propia hija, Lilith,
que aprovecha la pérdida de poderes de su padre para lastimarlo, para hacerlo
atacar por bestias de la noche.
Pero como estamos hablando de un cómic de Marvel, como cualquier editorial de
superhéroes, sus personajes tienen que recuperar sus poderes perdidos, y esto
se da en el próximo número, en Tomb of
Dracula #68, en el cual Drácula
es transportado a su antiguo castillo en Transilvania por obra de su hijo, el ángel
Janus, quien también transporta a
sus eternos cazadores, Frank Drake, Rachel Van Hellsing, Quincy
Harker, y hasta Harold H. Harold,
que de hombre de acción no tiene nada, pero es un personaje orientado a dar la
dosis de humor y que cobró tanta chapa que no se puede perder estar metido en
la batalla final. Drácula peleará
como humano contra sus perseguidores, pasándola mal, hasta que cuando escape
herido de su castillo, aceptando su derrota y maldiciendo a Satán, por lo cual el demonio regresa
para decirle que lo ha humillado y vencido, así que le devuelve sus poderes de
vampiro.
El siguiente número funciona casi como un
número autoconclusivo, y me gusto mucho, aunque no aporta mucho a la trama
principal, ya que tenemos a Drácula
intentando destruir a Torgo, el
nuevo Señor de los Vampiros, ya que toda su legión de víctimas vampiros ya no
le obedecen.
Y finalmente, el cierre de la colección Tomb of Dracula con el número 70, que
tiene el doble de páginas de un número normal, e intentará cerrar todas las puntas,
todos los subplots que tiene una serie tan larga, pero a la vez tan concisa por
nunca cambiar su equipo creativo. En esta última historia, Drácula se enfrenta a Torgo,
el nuevo Señor de los Vampiros, ya que la horda de vampiros transilvanos ya no
le obedece luego de haber perdido sus poderes. El enfrentamiento tiene emoción
y tiene acción, y para nuestra sorpresa, el personaje que se encarga de
finalizar la cacería vampírica no es Torgo,
si no alguien con más chapa. Las puntas de todas las líneas argumentales se
cerraron, y aunque es una buena batalla, sólo me quedó el sabor amargo de no
ver a Janus o a Blade interpretando papeles más fundamentales.
Hasta aquí esta genial serie, y entiendo el
por qué lo cataloguen de clásico contemporáneo. Dibujos sombríos y
espectaculares, guiones ingeniosos que comprometen al lector con la historia, y
un argumento de terror que te atrapa, llevo a los lectores de la época a llevar
al colección a unas ventas elevadas, bancando a este equipo de autores que, sin
duda, estaban en un momento altísimo de sus carreras.
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