12/12: Luuna
Vol. 3: Tras las Huellas de Oh-Mah-Ah (48 Págs.) - Final
Didier Crisse y Nicolás Kéramidas
– Norma Editorial 2006
Dicen las leyendas indias que la tribu
mítica de los paumanok es el vínculo
entre el mundo de los dioses, la naturaleza y los hombres. Luuna, la hija del gran sachem de los paumanok, sufre la maldición
de Unkui, el genio maléfico de la
noche: Luuna tiene dos tótems; uno es
bueno, pero el otro no, por lo que las noches de luna llena, la joven guerrera
hará el mal. Y solo los hechiceros de las grandes tribus del Sur, más allá del
desierto, pueden liberarla de la maldición. De eso se trata la travesía
empezada por la protagonista buscando a los hechiceros que la liberen de la
maldición, pero en este mundo de fantasía, donde todo luce tan cute y tan Disney, la travesía de la protagonista
trata también sobre el paso de la infancia a la adultez, y las complicaciones
que eso conlleva.
En
este tercer volumen, Luuna, se
encuentra condenada a vagar con sus dos lobos y 3 pequeños y turbulentos genios
del bosque. Sin embargo, cada luna llena, su gran amigo Takuwa siente su sufrimiento a distancia. Una noche, decide ir a
ayudar. Mientras tanto, Luuna
encuentra el Pipintus azul. A este
último le explicó que por lo menos ella piensa reparar el daño que ha
causado durante su última noche de devastación, algo que vimos en el tomo
anterior. Incapaz de recordar nada más, deseosa de corregir sus errores, Luuna es arrastrado en una cueva. Allí
conoce a Oh-Ah-Mah, un pies grandes
(un yeti de los Apalaches) tímido y aterrorizado, que le va a meter la dosis de
humor que este tipo de historias fantásticas y juveniles necesita.
Luuna era una serie que me parecía
fresca, divertida, con un trasfondo de la mitología de las tribus de
Norteamérica, muy en la onda Pocahontas.
Pero lo que más pegaba, tanto para los chicos que se enganchen con esta lectura
como para los adultos amanes del Noveno Arte, es sin duda la faz gráfica, de la
que se encarga Nicolás Kéramidas. El dibujo es
brillante, muy anclado en el estilo Disney,
debido a que justamente este artista sale de la factoría de animación francesa
de Disney. Esto le da un plus a una
lectura orientada al público juvenil.
Sin
embargo, este tercer tomo me dejó un gusto amargo. Lo primero, es que es un
tomo intranscendente, donde ocurre poco, y parece más de transición. Lo
segundo, es que me comí un feo amago de final. De hecho, este tercer tomo es el
último publicado por Norma Editorial
al español, pero en Francia se han publicado más de 8 álbumes de esta serie. ¿Y
cómo hago para leer y finalizar esta serie? Norma
empezó a publicar volúmenes integrales, pero son difíciles y caros de
conseguir. Parece que me comí el amago de que Luuna finalizaba con estos tres álbumes, y ahora me quedo una serie
inconclusa. Una pena.
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