31/12: All-Star
Batman (280 Págs.)
Frank Miller y Jim Lee – ECC
Ediciones 2012
Empecé el año con el All-Star de Superman, así que creí conveniente cerrar el año con
otro All-Star, pero esta vez será el
de Batman. La década de 2000 fue una
etapa convulsa para DC, ante el
empuje de Marvel con las renovaciones de planteamientos, historias y
personajes que estaban realizando con su línea Ultimate. Entonces sacó
de la manga una serie centrada en sus dos personajes fetiche, Superman y Batman bajo el pre-título All Star, pretendiendo dar un
nuevo enfoque a unos personajes que se hallaban bajo el yugo maldito de la
continuidad. Las andanzas de Superman en ésta línea cayó en las afortunadas
manos de Gran Morrison y Frank Quitely, que plantearon un
argumento con tintes clásicos que recibió multitud de alabanzas y críticas
positivas encumbrándola como uno de los títulos indispensables del personaje.
Para Batman se encargó a un tándem de
auténtico lujo; Frank Miller
(el hombre que renovó el concepto de cómics en los ochenta, con su Batman:
Año Uno y The Dark Knight Returns) y Jim Lee (dibujante estrella que ha
devuelto a DC la gloria pasada).
En All Star Batman encontramos al Frank Miller más desatado. El Batman presentado aquí es un personaje
que ya ha pasado sus límites, un hombre profundamente inestable y que raya en
la psicopatía más extrema que ríe igual que el Joker. Batman está loco,
y enfoca esa locura en acabar con el crimen del modo más expeditivo y doloroso
posible. No llega a matar, por no romper esa esencia tan americana de que los
héroes no matan, pero sinceramente, mejor hubiera sido matar a sus rivales que
quedarles como les queda. Sin embargo, en una ciudad corrupta como Gotham,
donde la violencia campa a sus anchas, éste es el Batman que se necesita. Una suerte de Harry el Sucio con
máscara que acabe con el problema de raíz y a lo duro. El co-protagonista de la
obra y centro de la trama es Dick Grayson, un joven huérfano
al que Bruce Wayne toma bajo su protección y que tiene también ese
aura oscura que Batman potencia
sacando toda la mala leche del jovencito hasta convertirle en un Robin
al que ni se te ocurriría cuestionarle lo ridículos que son los calzones que
lleva.
Miller realiza en esta obra una
deconstrucción del mito del héroe como personaje impoluto y que deja llevarse
por sus pasiones más bajas. El Batman
representado aquí es un individuo al límite de sus capacidades morales,
emocionalmente inestable y al que el ejercicio de la violencia supone un
revulsivo importante en su vida hasta el punto que es lo que le mantiene y
sustenta. Un planteamiento que no fue muy entendido en el momento de su
publicación y que trajo exacerbadas e incluso malintencionadas críticas
denostando la obra y cuestionando las capacidades de Miller que, si bien éste título no se encuentra a la altura de Batman:
Año Uno o The Dark Knight Returns, tampoco es su intención.
Mención
aparte merece la aportación de Jim Lee en uno de sus mejores trabajos
gráficos. El dibujante sigue la estela planteada en Batman: Hush, mejorando incluso el planteamiento y desarrollo de la
página con multitud de detalles, grandes viñetas y splash pages que convierten
a éste cómic en un auténtico blockbuster.
Una
de las escenas de este tebeo, define por sí misma el carácter sarcástico con
que Frank Miller se enfrentó a esta
obra es cuando Batman y Robin llevan a Green Lantern a un
apartamento todo pintado de amarillo (la debilidad del guardián galáctico), en
la que incluso, el dúo dinámico viste trajes de éste color. En este capítulo, Miller se burla de la Edad de Plata del
cómic americano, con sus puntos débiles ridículos y nos muestra una relación de
hermanos unidos por la violencia.
All
Star Batman es un título que recibió múltiples
críticas, pero que merece una sosegada lectura por la crítica que hace del
concepto tradicional del superhéroe y por el divertimento que supone el
planteamiento mostrado por Miller y
las estupendas planchas de un Jim Lee
en estado de gracia.
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