07/09: Battle Royale – Vol. 2
(192 Págs.)
Koushun Takami y Masayuki
Taguchi – Editorial Ivrea 2005
Segundo tomo de esta genial obra seinen
(manga orientado a público adulto) que la Editorial
Ivrea publicó en Argentina por el lejano año del 2005, con la traducción
del “legendario” (por ser de los primeros traductores de japonés en el mercado
editorial del cómic en Argentina) Agustín Gómez Sanz.
Los autores de esta genial obra son Koushun Takami
y Masayuki Taguchi. El primero de ellos un
escritor de novelas, que la rompió en Japón con la novela en la que se basa
este manga, por lo cual luego se llevará a cabo la adaptación fílmica y la
adaptación en cómic, como no puede ser de otra manera en Japón, donde tanta
penetración tiene en la sociedad el Noveno Arte. El encargado del dibujo, Taguchi, es un mangaka que no tiene
reparos en retratar escenas morbosas, gore al 200%, pero que tal vez peque en
exagerar el dibujo de las lágrimas, los mocos, en escenas de llanto.
Bienvenido
a la República Coparticipativa del Gran
Este Asiático, un estado militar gobernado por una dictadura que rige con
mano de hierro las vidas de todos los habitantes. Uno en particular, Shuuya Nanahara, amante de la música
prohibida (Rock'N'Roll), es enviado a una isla desierta junto con el resto de
sus compañeros de clase. Allí "concursan" en "El Programa", un juego mortal en
el que deberán matarse unos a otros hasta que sólo quede uno. Shuuya se
niega a participar en este juego, convencido de que debe haber una salida, pero
no todos sus compañeros piensan cómo él.
"El Programa" sigue su curso, cobrándose nuevas víctimas. Y en este tomo, parece ser que Kazuo Kiriyama se corona cómo el asesino nº 1 de la competición, al abatir uno tras otros a varios participantes, entre ellos, 3 de sus lacayos. Conoceremos así un poco más a este curioso personaje, quién con su frialdad y sin expresar emoción alguna, participa en "el juego" sin ninguna razón en especial.
Tras esto (y perder de vista a dos enamorados, que pocas intenciones tenían de hacer nada en la competición), volvemos a Shuuya y Noriko, que siguen tratando de buscar gente que se les quiera unir para escapar de la isla. Sin embargo, lo único que encontrarán serán hostilidades, que pondrán su vida en peligro. Al final, no obstante, serán rescatados por Shougo Kawada (el mejor personaje de esta historia), que decidirá unirse a ellos y ayudarles a cambio de no hacer ninguna tontería. Dicha tontería podría haber tenido lugar poco tiempo después, cuando dos de sus compañeras se reúnen en el mirador para hacer un llamamiento vía megáfono pidiendo el alto al fuego, algo que atraerá sobre ellas la atención de Kiriyama, que cómo no tiene nada mejor que hacer, las coserá a balazos.
Un tomo lleno de muertes y sangre dónde, a pesar de todo, conocemos un poco mejor a Shuuya y su optimismo, así cómo lo buena gente que es, al igual que también conocemos mejor los sentimientos de Noriko hacía él, y su fe en salir juntos de la isla. Sin embargo, y pese a todo, se darán cuenta que a veces uno tiene que toparse con la cruda realidad.
Como último dato, no puedo olvidarme del capítulo extra que nos aclara la pasión de Shuuya por el Rock'N'Roll, además de contarnos cómo conoció a Mimura y Noriko. Capítulo que explora el personaje de estos personajes principales de una manera muy certera, y que ayuda a que podamos a sentir empatía por estos personajes de ficción.
"El Programa" sigue su curso, cobrándose nuevas víctimas. Y en este tomo, parece ser que Kazuo Kiriyama se corona cómo el asesino nº 1 de la competición, al abatir uno tras otros a varios participantes, entre ellos, 3 de sus lacayos. Conoceremos así un poco más a este curioso personaje, quién con su frialdad y sin expresar emoción alguna, participa en "el juego" sin ninguna razón en especial.
Tras esto (y perder de vista a dos enamorados, que pocas intenciones tenían de hacer nada en la competición), volvemos a Shuuya y Noriko, que siguen tratando de buscar gente que se les quiera unir para escapar de la isla. Sin embargo, lo único que encontrarán serán hostilidades, que pondrán su vida en peligro. Al final, no obstante, serán rescatados por Shougo Kawada (el mejor personaje de esta historia), que decidirá unirse a ellos y ayudarles a cambio de no hacer ninguna tontería. Dicha tontería podría haber tenido lugar poco tiempo después, cuando dos de sus compañeras se reúnen en el mirador para hacer un llamamiento vía megáfono pidiendo el alto al fuego, algo que atraerá sobre ellas la atención de Kiriyama, que cómo no tiene nada mejor que hacer, las coserá a balazos.
Un tomo lleno de muertes y sangre dónde, a pesar de todo, conocemos un poco mejor a Shuuya y su optimismo, así cómo lo buena gente que es, al igual que también conocemos mejor los sentimientos de Noriko hacía él, y su fe en salir juntos de la isla. Sin embargo, y pese a todo, se darán cuenta que a veces uno tiene que toparse con la cruda realidad.
Como último dato, no puedo olvidarme del capítulo extra que nos aclara la pasión de Shuuya por el Rock'N'Roll, además de contarnos cómo conoció a Mimura y Noriko. Capítulo que explora el personaje de estos personajes principales de una manera muy certera, y que ayuda a que podamos a sentir empatía por estos personajes de ficción.
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