23/09: Marmalade Boy – Vol. 5
(194 Págs.)
Wataru Yoshizumi – Editorial
Ivrea 2007
Luego de un tomo dramático, tirando a la
tragedia familiar, con la búsqueda de uno de los protagonistas de su verdadero
padre, en el quinto tomo de Marmalade Boy
todo afloja, y ahora el hincapié vuelve a ser la historia de amor, con pocas
escenas de humor, todo tirando a lo romántico. Es por eso que su autora, la
mangaka Wataru Yoshizumi hace volver los tonos
pasteles, las miradas tristes, los primeros planos a los rostros. Nuevamente
tenemos pocos o casi ningún fondo como punto negativo, excepto en la escena de
la playa, donde se retrata el mar de manera delicada y hermosa, todo un logro.
La Editorial Ivrea publicó este
quinto tomo en Enero del 2007, con la habitual traducción a cargo de Marcelo Vicente.
El
tomo comienza con la resolución del culebrón anterior, cuando Yuu
Matsura busque a su verdadero padre, y le pregunta
al padre de Satoshi Miwa que tuvo
un romance con su madre en la juventud si es que él es su verdadero padre. Una
vez que se resuelve este conflicto, tenemos finalmente el blanqueamiento de los
sentimientos de Yuu y de Miki Koishikawa, cuando ambos se
declaran finalmente después de tantos enredos, tantos tire y afloje, tantas
histeriqueadas de la protagonista. Quedará como gran escena (vuelvo a repetir)
el beso en la playa. A lo largo del tomo entonces tendremos a los dos
protagonistas en pareja (aunque sus padres no lo sepan, y esto de para
situaciones graciosas) con muchas escenas y pensamientos románticos. Los
personajes secundarios actuarán poco, aunque habrá espacio para que Satoshi persiga e intente levantar con
su manera particular y graciosa a Meiko
Akizuki, o que Ginta Suou
empiece a sentirse atraído por Arimi
Suzuki.
Pero como Wataru Yoshizumi parece divertirse poniendo trabas entre el amor de
los protagonistas de su manga y armando ya no triángulos amorosos, si no
dodecaedros amorosos, se introduce el personaje de Suzu Sakuma, una modelo quinceañera que actúa en un comercial junto
a Yuu, y desde ahí decide apuntarle
los cañones al carilindo protagonista, ya que es una joven caprichosa que
obtiene lo que quiere. Es por eso que gracias a su primo Satoshi, convence a Yuu
para que sea su maestro particular, y así poder acercarse. Y como si esto no
fuera poco, Miki consigue un trabajo
atendiendo en una heladería, y allí tiene un primer encuentro con un nuevo
personaje, quien todavía no dice una palabra pero ya pinta que tendrá alguna
relación con la protagonista.
Solo
queda ver en el próximo tomo como estos dos nuevos personajes podrán poner en
peligro la (ahora) relación estable de los protagonistas. El culebrón no es
sólo para novelas mexicanas.
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