15/09: Superman: Las Primeras 100
Historietas – Vol. 11 (114
Págs.)
Jerry Siegel y Leo Nowak – Grupo Clarín 2010
Finalmente, el
archi famoso dibujante de Superman, Joe Shuster, le deja el legado para que
lo continúe el dibujante Leo Nowak en todas las
aventuras de este onceavo tomo, excepto por una única historia a cargo de John Sikela. El dibujo es simple, con pocos o ningún
fondo, y los rostros apenas descifrables. El guión siguió a cargo de Jerry Siegel, su guionista original. La colección fue
publicada por Grupo Clarín, con la
traducción de Anna Fonoll
Branchadell y los prólogos informativos de Alejo
García Valdearena, y este tomo recopila las historias publicadas
en los números USA Superman 11 y 12, Action
Cómics 39 y 40, y World´s Finest Cómics 3, entre Julio a
Octubre de 1941.
La primera de las ochos historias nuevamente
tiene como villanos principales a unos espías (esta vez llamados Insignia Dorada) que atentan contra la
democracia de la nación, y que Superman
deberá detener. La segunda es un poco
insulsa, pero al menos diferente a lo que se leía últimamente. Un laboratorio
parece que está haciendo experimentos con animales y se ven algunos animales
gigantes, pero todo era un engaño para ensuciar al laboratorio de parte del
dueño de una mina. La próxima aventura tendrá el sello de Tarzán, ya que por culpa de una extraña enfermedad sudamericana que
acecha Metrópolis, Superman y Lois Lane deberán viajar a una selva en busca de una tribu que
pueda ayudarlos, y allí se enfrentarán a diferentes animales, nativos, etc. La
cuarta historia muy floja, con un mensaje moral que nos transmite una
millonaria que se hace cargo de su empresa por el bien de sus empleados. Luego el Hombre de Acero se enfrentará al Hombre Radiactivo, un científico que
adquiere el poder mortal del radio al fracasar un experimento. El Sargento Casey, de la fuerza policial
de la ciudad ya se convierte en un personaje típico, y culpa al superhéroe de
los asesinatos que ocurren en la ciudad, trayendo un poco de la mala fama que
tienen los superhéroes en sus cómics para mostrarnos en realidad su carácter
noble al soportar críticas y aún así luchar contra el crimen. La siguiente
historia, nuevamente aburrida, es casi igual a la que describí como la cuarta
historia. Una mujer rica descubre que el despilfarro de dinero y el hedonismo
no es nada productivo y se dedica finalmente a la caridad. Lo que deba
enfrentar Superman para hacerla
entrar en razón, carece de relevancia. Luego el Hombre de Acero deberá frenar
unos atentados contra una compañía de trenes, perpetrados por una banda que
mata inocentes para que las acciones de la empresa bajen y puedan comprarlas.
Así como en el resto de las aventuras del tomo, Superman ya no hace un saltarín y puede volar finalmente.
Y en la última
historia, Clark Kent y Lois Lane se tomarán vacaciones en un
crucero que los lleva a la Isla de Pogo (el nombre debe ser porque se vivían
muchos recitales tal vez), en donde unos nativos causarán problemas gracias a
su médico brujo, que en realidad es un espía internacional que manipula a los
nativos para que sean peligrosos y nadie se acerque a la isla.
Un tomo en donde ya la guerra se vuelve muy
palpable, con las portadas de las revistas (Superman
golpeando un tanque, cayendo en paracaídas, abrazado a un soldado y un marino)
que dejan un claro mensaje: Superman
apoya la intervención en la guerra, pero sus historias al no tratar el tema
directamente, sirven como un escapismo para la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario