18/09: El Día del Juicio (148 Págs.)
Ricardo Barreiro y Francisco Solano López –
Dodeytores 2009
En el mes de la
historieta, hago una breve recorrida al cómic nacional por unos días, y luego
de mencionar a Héctor Germán Oesterheld
en la reseña anterior sobre historieta del país, no podían faltar las reseñas a
las obras del maestro Solano López, la cual no giró solamente alrededor de El Eternauta, la obra maestra que
lo hizo famoso. Junto al escritor Ricardo
Barreiro, quien
falleciera en 1999, realizaron muchas historias de diverso interés desde 1976
cuando colaboraran en Slot-Barr,
un cómic que marcó un cambio en el estilo del dibujante y donde empezó con su
ya reconocida e inigualable forma de ilustrar mujeres. Uno de sus trabajos en
conjunto más interesante y que se aleja del estilo erótico que los
caracterizaba, era publicado en partes en la revista D’Artagnan y fue
recién recopilado y publicado en 2009 por Doedytores.
Se trata de El Día del Juicio.
En el 2 de diciembre de 1993. En Medellín,
Colombia, es acribillado y asesinado el zar latinoamericano de la droga Pablo Escobar por fuerzas de
la DEA (Cuerpo Antidrogas de Estados Unidos). Todos los medios
del mundo publicaron las imágenes del cadáver de Escobar, incluyendo policías posando junto a él. Una semana después
en Londres, Inglaterra, un joven universitario colombiano de nombre Luis
Mosquera, un prodigio de la física, recibe una visita inesperada que
cambiará su vida para siempre al descubrir una insospechada conexión con aquel
famoso narcotraficante.
Partiendo de un hecho real, los autores nos
presentan una historia de venganza, acción, romance y hasta de toques
apocalípticos sobre el enfrentamiento definitivo entre los señores de la droga
colombianos y EE.UU. con desastrosas consecuencias.
En
el apartado gráfico, resulta una maravilla ver los trazos realizados por el
maestro Solano. El aspecto visual es
simplemente increíble que casi llega a opacar el guión de Barreiro, pero digo casi porque al final
terminan trabajando de la mano y con una agilidad inigualable. Aquí no
estamos frente a los dibujos de El Eternauta, pues en esta
etapa Solano ya había decidido
cambiar su estilo por uno más pulcro y detallista, con sus mujeres
espectaculares y esbeltas que uno desearía que existieran en la realidad,
estilizados escenarios y rostros que representan perfectamente lo que el
personaje quiere decir. Solo con ver la espectacular secuencia inicial del
ataque a la guarida de Pablo Escobar
o el combate de tanques en plena Siberia dan por pagado el cómic.
Ahora respecto al guión, Barreiro logra un trabajo admirable de ritmo y atrapa al lector
desde la primera página. Es una historia de venganza con mucha
acción y secuencias que envidiarían hasta los mejores realizadores de Hollywood.
Si bien
circulan muchos personajes por las páginas, hay pocos que son completamente
desarrollados y otros solo sirven para ciertos momentos. Luis Mosquera es el protagonista de la historia,
aunque en un comienzo no tiene idea de ello. Su transformación está presentada
de manera algo simple en realidad, pues solo un hecho provoca un cambio radical
en su forma de actuar, quizás faltó desarrollar más aquello. Uno de los
secundarios que realmente destaca es Dick Master, periodista
norteamericano del Herald of Manhattan, el primero en entender la
mente criminal detrás de los desastres presentados en el cómic. Aunque su
caracterización es algo cliché (periodista desaliñado con adicción al cigarro),
es uno de los pocos que realmente razona la verdadera amenaza y sus
intenciones. Mientras que Pichón, el segundo al mando del Cartel
de Medellín, un hombre de edad pero muy inteligente, vendría a ser la
voz de la experiencia dentro de aquel grupo y un personaje al que nadie
quisiera tener de enemigo.
Lo
más débil de la historieta es la parte romántica, que si bien cumple, es
demasiado predecible y a momentos innecesaria. Aunque la secuencia onírica en
la nieve es fascinante, la única luz en medio de la caída al abismo de quien
protagoniza esta historia.
No es una
obra perfecta, pero es entretenida, atrapante y con un trabajo artístico de López que sorprende. Hay muchos cómics que destacar en el país
y éste es uno de ellos. Un recuerdo de Barreiro/López que después de su partida sigue siendo una maravilla para los
ojos.
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