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domingo, 2 de octubre de 2016

02/10: El Árbol que Da Sombra Vol. 6



02/10: El Árbol que Da Sombra – Vol. 6 (318 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2006

Como comenté hace ya varios meses, cuando venía leyendo este gran manga llamado El Árbol que Da Sombra del Dios del Manga Osamu Tezuka, retrata una peculiar época de Japón: el bakumatsu, el declive del shogunato Tokugawa que ha mantenido al país aislado y en férrea paz durante dos siglos y medio. Para los japoneses, el gobierno militar de los Tokugawa, el bakufu, era como un gran árbol a cuya sombra había prosperado el país. Pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el árbol está podrido y comienza a dar síntomas de debilidad. Sigue en pie, ya que sus raíces son profundas, pero es cuestión de tiempo que muera y se venga abajo. En El Árbol que da Sombra toman la palabra aquellos que quieren mantener al árbol en pie a toda costa, ignorando que por dentro se encuentra enfermo y moribundo siempre que puedan mantener el sistema, y aquellos que quieren talar el árbol y entrar en una nueva época, aunque sea a golpe de sangre y acero.

 Este sexto tomo sirve más como transición, ya que ocurre pocas cosas trascendentales, y se nota mucho que hay mucho relleno, y estas más de 300 páginas se podrían haber contado tranquilamente en 200. Aún así, tenemos algunos hechos para destacar. Heisken toma bastante protagonismo, primero con su pelea con el Cónsul norteamericano, que Manjiro logra arreglar, y luego su enamoramiento y obsesión con O-Seki. Esta obsesión llegará tan lejos que producirá una violación, y la ira de Manjiro, que renuncia seguir siendo el guardaespaldas del cónsul y su traductor. Para complicar las cosas, tenemos una facción de samuráis que realizaran diferentes atentados contra cualquier extranjero, en una feroz lucha por mantener el poder.
 Ya al final de tomo, tenemos la muerte del padre de Ryonan Tezuka, algo que ya se venía anunciando en tomos pasados. Para seguir con el legado de su padre, Ryonan tomará el nombre de su padre y se hará cargo de su “hospital”.
 El Árbol que Da Sombra es un relato complejo y divertido, sazonado con el peculiar estilo de Tezuka, capaz de dotar de un cariz humorístico hasta las situaciones más dramáticas. Una obra ambiciosa que pretende retratar una época muy difícil, pero que lo logra con gran éxito. A pesar de lo ambicioso de la empresa, el autor triunfa sobre las dificultades y consigue que el lector (pese a ser un occidental sin competencias sobre la historia de Japón) comprenda y se interese por las peculiaridades de aquella sociedad.

jueves, 2 de junio de 2016

02/06: El Árbol que Da Sombra Vol. 5



02/06: El Árbol que Da Sombra – Vol. 5 (318 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2006

Las década de 1850 y 1860 fueron cruciales para Japón. Después de 250 años de cerrazón absoluta al exterior, en 1984 el comodoro Perry de la armada de los EEUU llegó con su flotilla de barcos de guerra al país, para tratar de conseguir un tratado de comercio favorable a sus intereses. En ese momento, el shogunato estaba en su época de más profundo declive y el sistema amenazaba con venirse abajo al mínimo contratiempo. Sobre esta época, que hemos visto en algunos otros mangas (como es el caso de Ruoroni Kenshin, por citar el caso más famoso), se basa este manga escrito y dibujado por Osamu Tezuka, el Dios del Manga. Y nos cuenta desde el punto de vista de un samurai que ve cómo sus creencias se ven en jaque por este cambio de paradigma en su vida cotidiana, y por un médico que intenta hacerse camino en un campo donde todavía existían los curanderos y la medicina occidental aún no era aceptada. Lo que hace interesantísimo y atípico este manga.

 Este quinto tomo comienza con el capítulo más largo del tomo, en el cual se narra una etapa difícil de este Japón feudal que recién se estaba abriendo al mundo. Esto es la llegada del cólera, una enfermedad que se transmitió debido a un barco norteamericano que atraca en una isla de Japón para comerciar debido al tratado que se firma secretamente sin contar con la aprobación del shogun. Una genial idea de Tezuka debo decir, ya que no recuerdo haber leído sobre este tema en la historia de Japón. Y debo decir que es un tema muy interesante, ya que retrata cómo lidia con dicha enfermedad la gente de ese Japón feudal, tildando la enfermedad como una peste demoníaca, y hasta le dan soluciones extravagantes o sobrenaturales, bien a tono con las ideas que imperaban en el país nipón de esa época. Y contra esta epidemia deben lidiar los doctores “holandeses” como es el caso de Ryoan Tezuka, quien intenta buscar alguna solución médica para la peste en sus libros de medicina holandesa.
 Luego vendrán una serie de capítulos en los que el samurai Manjiro Ibuya, quien es emboscado en una sucia trampa para inculparlo de asesinato, debido a que participó sin querer de unas conversaciones para desestabilizar al shogunato. Y por si esto fuera poco, también descubrió el puerto personal que tenía el tesorero del shogunato, en el cual contrabandeaba el oro público, descubriendo un caso de corrupción de un pez gordo del gobierno (algo así como un Lázaro Baez) que, por supuesto, los altos oficiales intentarán callar..
 El confinamiento en la cárcel de Manjiro le servirá a Tezuka para contarnos sobre los métodos de torturas que sufrían los presos en la época y del proceder de la justicia, algo que tampoco fue explorado en los mangas. Por suerte para Manjiro, un médico de la prisión lo ayudará, haciéndole contraer una falsa cólera, para que lo den por muerte así escapar de la cárcel. Esto descubriremos que es un plan de Ryoan Tezuka, para ayudar a su amigo.
 Estamos ante un manga atípico, que explora desde otros puntos de vista todo el tema del shogunato en Japón, que como este autor nos tiene acostumbrado, se toma su tiempo y el ritmo avanza lento, dividiendo la acción entre muchos personajes. Y siempre que hago una reseña sobre El Árbol que Da Sombra, lamento que no se haya publicado en Argentina y haya que conseguir esta edición española que es muy difícil de conseguir.

lunes, 2 de mayo de 2016

02/05: El Árbol que Da Sombra Vol. 4



02/05: El Árbol que Da Sombra – Vol. 4 (302 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2006

Después de 250 años de aislamiento, el comodoro norteamericano Perry forzó un tratado de comercio favorable a sus intereses, desestabilizando y precipitando la caída del shogunato, que estaba en profundo declive. En la obra comparan al shogunato con el gran cerezo del jardín de uno de los personajes: ese árbol que proporciona tan agradable sombra ya ha vivido 250 años, pero su interior está tan podrido y carcomido que con un simple empujón bastaría para que se desplomase. Ello viene a significar que la corrupción, el conservadurismo radical y demás ideas llevan a Japón a un punto insostenible. Ya con el cuarto volumen leído, puedo decir que se trata de una de las mejores obras del Dios del Manga, Osamu Tezuka.

Hay que reconocer que el dibujo de Tezuka (caricaturesco y algo infantil) tira un poco para atrás al principio, pero en El Árbol se ve ya el estilo un poco más depurado y adulto de sus últimos y más maduros trabajos (como Adolf y Buda). Sin embargo, eso queda en segundo plano cuando vemos su narrativa clara y ágil. Una maravilla.
 En este cuarto volumen, la intriga política se profundiza, y esto se da porque tenemos muchísimas páginas dedicadas al Embajador Norteamericano, y en especial en su traductor, Heiken. Todo su camino por el Japón del Período Edo para visitar al Shogun, la runfla política para comerciar con el Shogun, los intentos de asesinatos que sufrirá el grupo. Todo toma protagonismo en más de la mitad de este extenso volumen. Para esto, Manjiro Ibuya sigue tomando chapa y protagonismo, en su custodia del embajador. Pero para su mala suerte, debido a runflas políticas, es removido del cargo.
 Por su parte, Ryoan Tezuka toma el protagonismo en la última parte del tomo, y sirve para mechar el humor con sucesos históricos. Por una parte, Tezuka tendrá que lidiar con su esposa, quien no esta de acuerdo con su escasez de dinero o su vocación de doctor. Pero también, tendrá que apoyar a la corriente holandesa de medicina, apoyar a su padre, y al líder de la corriente holandesa, que es nombrado doctor personal del Shogun. Y para alegría de estos revolucionarios de la medicina japonesa, se aprueba su centro de vacunación. Un paso importantísimo para la medicina occidental en Japón, y tanto es así que Tezuka nos explica que este centro de vacunación en Edo (antigua Tokio) se transformará con los años, en la importante Universidad de Tokio.
 Podríamos decir que El Árbol que Da Sombra se trata de un manga de samuráis crepuscular en el que asistimos a la decadencia de su modo de vida pero en el que Tezuka también rinde, en cierto modo, un homenaje a esa cultura tan rica y evocadora. No en vano suele decirse (con cierta razón) que cualquier tiempo pasado fue mejor.

sábado, 2 de abril de 2016

02/04: El Árbol que Da Sombra Vol. 3



02/04: El Árbol que Da Sombra – Vol. 3 (336 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2006

A lo que ya dije cuando leí los dos primeros tomos, añado que quien busque un manga de samuráis donde dejarse llevar viendo peleas imposibles o cosas por el estilo huya del manga que hoy nos ocupa, El Árbol que Da Sombra. Eso sí, quien quiera un manga histórico perfectamente ambientado en uno de los momentos más interesantes de la historia de Japón, un periodo convulso donde hay lugar para las intrigas políticas, batallas, combates, amor, algún que otro toque cómico y, en definitiva, quien quiera ver cómo cambió el país prácticamente de un día para otro, derrumbándose totalmente un sistema que había funcionado durante 250 años, contado de una manera muy realista debería lanzarse a por esta serie.

Osamu Tezuka, quien otro si no, narra con maestría tanto acontecimientos que ocurrieron realmente al final de la era Edo como otros inventados por él pero que perfectamente pudieron ocurrir, y a lo largo y ancho del manga se dan cita tanto personajes reales como inventados. De hecho, de los dos protagonistas, uno es inventado,  el samuráis de bajo rango Manjiro, y otro real, médico y bisabuelo del autor, Ryoan Tezuka.
 Este tercer tomo se divide claramente entre las historias de ambos personajes. Con una primera parte intensa, en la cual Manjiro se debate entre la lealtad hacia el shogunato y hacia los dos embajadores norteamericanos. Ambas partes envían a Manjiro espiar al otro, y éste va a tener que elegir qué camino elegir, cuál será la mejor opción para honrar su orgullo de samurai. Y para que todo sea complicado, tenemos el asesinato del padre de Manjiro, de manos de samuráis que buscaban asesinar al padre de Ryoan Tezuka por ser representante de la medicina holandesa y occidental. El samurai buscará venganza, tendrá problemas amorosos perfectamente retratados con condiciones de la época (desigualdad de clases sociales en la sociedad japonesa feudal), y hasta tendrá que enviar a un alto funcionario un pedido para abrir un centro de vacunación en la ciudad de Edo. Tezuka nos narra sin pelos en la lengua los complots políticos, los problemas de traducción entre dos idiomas y culturas que recién comenzaban a cruzarse, la corrupción arraigada en una nación que no deseaba abrir sus fronteras y perder su status social, etc.
 La historia de Ryoan tiene un vuelo menor, y se basa principalmente en sus dificultosos estudios de medicina, y sus problemas de personalidad al ser un mujeriego empedernido. Y esto le traerá más que una complicación.
 El dibujo más ochentoso del Manga no Kamisama es agradable a los ojos, y se despoja de los gags humorístico que aún abundaban en las obras de al década del 70 que dibujaba Tezuka, que no pegaban muy bien en temas serios y una lectura orientada al público adulto.
 Lo dicho, quien busque un buen relato histórico y de samurais pero sin abocarse en la acción, con El Árbol que Da Sombra tienen un manga hecho a medida.

miércoles, 2 de marzo de 2016

02/03: El Árbol que Da Sombra Vol. 2



02/03: El Árbol que Da Sombra – Vol. 2 (336 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2005

El Árbol que da Sombra narra la vida de dos personas durante los convulsos últimos años del Periodo Edo, cuando el país asistió al fin del poder Tokugawa y a una serie de cambios sociales muy rápidos y profundos. A este mundo del Japón que se resistía a abrirse a occidente nos adentra el Dios del Manga Osamu Tezuka, en una obra que mezcla el relato histórico, las historias de samurai y su amor por la medicina. Uno de los protagonistas es Ryoan Tezuka (abuelo del autor), un aprendiz de médico alejado de la espada y que sólo vive para suceder a su padre en la profesión. El otro protagonista es Manjiro Ibuya, un samurai de bajo rango que quiere ascender en el escalafón social y militar. Ambos personajes son bastante diferentes: Ibuya es un guerrero tenaz preocupado por los problemas políticos del país mientras que Tezuka es un joven mujeriego y de vida alegre que no quiere saber nada de las armas ni de la política.

Ante los cambios que ven a su alrededor ambos personajes actúan de una forma muy diferente. Mientras Tezuka sólo se preocupa de su profesión y de pasarlo bien, la condición de samurai de Ibuya le hace sufrir mucho más ante las situaciones que se van sucediendo. Sufre porque ve que la corrupción y la decadencia carcomen el Shogunato y porque las injusticias se hacen cada vez más insoportables. Aunque él, como samurai educado en la obediencia al Shogun, lo protege y desconfía de los reformistas y de los extranjeros, tiene dudas y muchas veces no comprende la actitud cerrada y reaccionaria del Bakufu (gobierno). Su sufrimiento y contradicciones reflejan muy bien las del propio país y las de millones de japoneses que no entendían muy bien por qué el Japón debía renunciar a todo aquello que, a pesar de venir de fuera, podía mejorar mucho la vida del pueblo llano (medicina occidental, industria, etc.).
 El "acomodamiento" de las estructuras del poder durante tantos siglos y el férreo aislamiento del país habían hecho que Japón se quedara atrás como potencia militar. La llegada del Comodoro Perry (con sus grandes barcos de guerra y exigiendo un trato comercial preferencial para los USA), hizo a los japoneses visualizar su debilidad y su atraso, ante lo cual muchos pidieron cambios radicales. Por su puesto, el poder establecido se negó a hacerlos por miedo a perder su situación de privilegio. En defintiva, asistimos a la caída de un Imperio y, por lo tanto, a la lucha de los que querían cambiar de raíz el estado de cosas contra los que se aferraban al pasado y no querían ver lo obvio: la necesidad del cambio (probablemente porque ellos no sufrían las consecuencias del asilamiento y la corrupción). Es gracioso e interesante ver cómo es cuando llegan los embajadores de los Estados Unidos y son custodiados (y espiados al mismo tiempo) por samurai japoneses, y cómo hacen estas dos culturas para entenderse, en tiempos tan distintos. Como por ejemplo, el pedido del traductor estadounidense de leche de vaca a los japoneses, quienes piensan que tomar leche de un animal es de salvaje, porque ellos toman leche de soja.
 El Árbol que Da Sombra es un manga histórico que tampoco olvida la faceta humana. Podemos aprender infinidad de datos y de información sobre el final del Periodo Edo y veremos aparecer numerosos personajes históricos, pero también se centra en los sentimientos de los protagonistas y sus penurias y alegrías. Es una de las obras más madura y densa de toda la obra del genial creador Osamu Tezuka (probablemente el mayor genio del manga de todos los tiempos).
 Hay que reconocer que el dibujo de Tezuka (caricaturesco y algo infantil) tira un poco para atrás al principio, pero en El Árbol se ve ya el estilo un poco más depurado y adulto de sus últimos y más maduros trabajos (como Adolf y Buda). Sin embargo, eso queda en segundo plano cuando vemos su narrativa clara y ágil. Una maravilla.
 Podríamos decir que se trata de un manga de samuráis crepuscular en el que asistimos a la decadencia de su modo de vida pero en el que Tezuka también rinde, en cierto modo, un homenaje a esa cultura tan rica y evocadora. No en vano suele decirse (con cierta razón) que cualquier tiempo pasado fue mejor.

sábado, 2 de enero de 2016

02/01: El Árbol que Da Sombra Vol. 1



02/01: El Árbol que Da Sombra – Vol. 1 (330 Págs.)
Osamu Tezuka – Planeta DeAgostini 2005

No podía comenzar el año sin leer un manga del Manga no Kamisama, Osamu Tezuka, autor fetiche ya del blog. Tezuka es llamado, empecemos con los tópicos, el padre del manga. Lo cual no es exagerado si por tal entendemos su referente del mismo modo que Hergé lo es para la historieta francesa. Su producción es enorme, abarca todos los géneros y, hacia el final de su carrera, derivó hacia terrenos adultos, comprometidos incluso, en tebeos donde nunca deja de identificarse su estilo dinámico y vibrante, y donde nunca renunció a un dibujo infantil pese a abordar situaciones, temas y personajes complejos.

 El árbol que da sombra es, por temática, el Tezuka que más me podía apetecer. Ocho volúmenes, más de dos mil páginas, para narrar a través de dos figuras protagonistas y mucho secundario un momento fascinante (y desconocido) de la historia japonesa, época de cambios y permeabilidad a occidente. Un panorama por el que nos conducen las historias cruzadas de un joven samurai que representa la tradición, y del propio abuelo del autor, médico en ciernes que adopta las técnicas y filosofía de la medicina holandesa.
 El Árbol que da Sombra retrata una peculiar época de Japón: el bakumatsu, el declive del shogunato Tokugawa que ha mantenido al país aislado y en férrea paz durante dos siglos y medio. Para los japoneses, el gobierno militar de los Tokugawa, el bakufu, era como un gran árbol a cuya sombra había prosperado el país. Pero a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el árbol está podrido y comienza a dar síntomas de debilidad. Sigue en pie, ya que sus raíces son profundas, pero es cuestión de tiempo que muera y se venga abajo. En El Árbol que da Sombra toman la palabra aquellos que quieren mantener al árbol en pie a toda costa, ignorando que por dentro se encuentra enfermo y moribundo siempre que puedan mantener el sistema, y aquellos que quieren talar el árbol y entrar en una nueva época, aunque sea a golpe de sangre y acero.
 Nos enfrentamos a una historieta caudalosa, una saga de proporciones gigantes donde diversos hilos e intereses son manejados por Tezuka con maestría. Tezuka es un maestro de la narrativa en viñetas, y todo, hasta lo más desmesurado, fluye en sus mangas con aparente sencillez, con la naturalidad con la que fluye un río, por caudaloso que sea éste.
 Si complejo es el asunto que se nos narra, una época de cambios y rupturas en el Japón del siglo XIX, no menos difícil es conseguir que, con asombrosa naturalidad, casen el relato histórico, el romance, el gusto por la medicina de Tezuka, la aventura de samuráis, el erotismo, el humor, la acción y toda su gama de distintos modos y tonos.
En resumen: a siete tomos como éste de su final, ya puedo ir especulando con que El árbol que da sombra (título metáfora del gran árbol protector podrido y hueco por dentro) va a resultar una obra maestra de uno de los grandes maestros de la historieta. Por lo pronto, su arranque lo ha sido.