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sábado, 6 de diciembre de 2014

06/12: Los Años Dulces Vol. 2 (Final)



06/12: Los Años Dulces – Vol. 2 (240 Págs.) - Final
Jiro Taniguchi – Ponent Mon 2011

Los Años Dulces es una adaptación al cómic, de la mano de Jiro Taniguchi, de una novela de Hiromi Kawakami titulada "El cielo es azul, la tierra blanca". Es curioso que el título en español no coincida ni con la novela ni con el cómic original, que se llama "El maletín del profesor". Este segundo y último tomo de Los Años Dulces profundiza en los deseos, los temores y las razones del proceder de los protagonistas. Tsukiko vuelve a la taberna para encontrarse con El Profesor, pero la relación parece entrar en un impasse. Aflorarán las dudas y se deberán reafirmar los sentimientos.  Con el dibujo y el ritmo del mejor Taniguchi, se relatan con profunda veracidad, el fraguar de los sentimientos y los vaivenes de las dudas.

 En cuanto a la historia principal, no hay mucho más que agregar  a lo comentado en la reseña anterior. El manga nos cuenta la historia de Tsukiko, una mujer de vida monótona y solitaria. Tras un casual encuentro con su viejo profesor en la taberna que frecuenta, su interés por la compañía mutua les llevará a verse ocasionalmente hasta ir poco a poco desarrollando una peculiar relación. Pese a la gran diferencia de edad entre ambos, Tsukiko se encuentra más cómoda conversando con El Profesor que con hombres más jóvenes. Por su lado, el profesor también anhelará la presencia de ella y en muchas ocasiones se encontrarán casi sin buscarse.
La historia es muy sencilla y se centra en estos dos personajes principales y en los lazos que van formando con el paso del tiempo. Merece una mención especial el ingrediente culinario de este manga. La mayoría de escenas suceden en tabernas, restaurantes o cenando en casa.
 Ver a Taniguchi adentrarse en un relato romántico, luego de explorar alpinismo o policial, no nos resultará raro a pesar de todo, porque el lado intimista de sus obras no se abandona, haciendo mucho hincapié en las distancias entre los protagonistas, en sus miradas y sus expresiones. Y finalmente, podemos ver en este segundo tomo lo que esperamos por más de 300 páginas: besos, caricias, abrazos, que ambos personajes abandonen su orgullo para darle rienda a sus sentimientos verdaderos, que con la diferencia de edad, resulta todo muy complicado.
 En cuanto al dibujo, Taniguchi es conocido por sus historias de marcado carácter intimista y Los Años Dulces, aunque no sea totalmente suya, se mantiene en esta línea. No encontramos por tanto grandes giros de guión ni escenas espectaculares, y aún así, la maestría con que aparece dibujada cada viñeta mantiene la atención del lector durante los dos tomos que dura esta bonita historia.
 En cuanto a la edición de Ponent Mon tengo que decir que es perfecta, la obra está publicada en tamaño bolsillo en tapa dura, el papel es de una calidad muy buena, el sentido de lectura es occidental, y con el extra de una entrevista entre la autora de la novela original y Taniguchi comentando cómo quedó hecho el manga.
La recomiendo primero a fans del dibujante que, aunque no sea su mejor obra, seguro que les gustará. La recomiendo también a quien busque historias realistas y entrañables. Y, en general, a cualquiera que desee adentrarse en el mundo del manga adulto y se atreva con una historia sencilla pero emotiva.

viernes, 14 de noviembre de 2014

14/11: Los Años Dulces Vol. 1



14/11: Los Años Dulces – Vol. 1 (200 Págs.)
Jiro Taniguchi – Ponent Mon 2011

Que leer a Jiro Taniguchi es un placer es una verdad como un templo. Que continúa transmitiendo al lector una lectura tranquila, pausada, mesurada hasta el detalle más nimio de la misma es una máxima sin discusión alguna. Que la belleza que transmite su línea clara, sugerente, llena de tramas y matices es una constatación palpable sin duda alguna. Y Los Años Dulces, en su primer volumen, es una buena muestra de ello. Porque contarnos en una auténtica slice of life la relación entre un viejo profesor ya jubilado y una antigua alumna, una simple historia donde lo importante es conocerse poco a poco y hablar de todo un poco, de las cosas simples que envuelven la vida de ambos, de los recuerdos que siempre están y surgen cuando menos te los esperas, teniendo como punto de reunión y unión una vieja taberna donde la gente se reúne para hablar, beber y saborear diversos manjares que ésta ofrece, es una de las cualidades que podemos revisitar continuamente en casi cada una de las obras de este maestro del manga seinen.

 A pesar de que esta obra de Taniguchi es una adaptación al manga de una novela de Hiromi Hawakami, El Cielo es Azul, La Tierra Blanca (Sensei no Kaban), y que yo mismo desconozco si es o no una adaptación fidedigna de la misma, la impronta de este maestro mangaka es perfecta y claramente reconocible en cada una de las viñetas, de un detallismo meticuloso y una ambientación sumamente realista.
 La historia es simple y sencilla: cuenta el encuentro casual de nuestros dos protagonistas Harutsuna Matsumoto y Tsukiko Oomachi, ex-profesor y ex-alumna, en una taberna que frecuentan asiduamente. A partir de ahí ambos personajes se hacen inseparables, contándonos en breves capítulos lo que hacen los dos juntos y la relación de profunda amistad y compañerismo que han empezado ambos. Aparte de ofrecernos todo un recetario culinario durante toda la obra (recordándome aquella obra de Taniguchi, El Gourmet Solitario que reseñé anteriormente), podemos adentrarnos en pequeñas historias, que a simple vista nos pueden resultar triviales, incluso insignificantes, capaces de obsequiarnos con multitud de sensaciones, demostrándonos que las cosas y actos más sencillos pueden tener su importancia y hueco en la historia privada de las personas. Desde, como ya he comentado, degustar los platos de cocina japonesa, hasta llegar a disfrutar coleccionando teteras de barro, o hablar de béisbol, o hacer una excursión por las montañas en busca de setas, o pasar un día agradable en el campo durante la Fiesta del Cerezo en Flor. Una obra de sentidos y sentimientos muy en la onda de un maestro de lo "pausado" como es Taniguchi.  Obra sobre dos personas solas en el mundo, reflexionando sobre el pasar del tiempo, incluso viviendo de los recuerdos, que un día volvieron a reencontrarse después de muchos años sin verse, congeniando al instante, necesitándose el uno del otro, pero sin aparentar tener ningún tipo de relación sentimental, solo el mero hecho de encontrarse, conversar, disfrutar de las pequeñas cosas que da la vida. Pero a pesar de ser una simple y llana relación de amistad, veremos hacia dónde se encamina ésta, si continuará al mismo ritmo sin alterarse lo más mínimo o veremos si la misma sube un peldaño más que la conduzca hacia una situación incierta en un futuro cercano. Los que hayan leído la novela sabrán ya su final y los que no, habrá que esperar el desenlace de esta historia a través del manga de Taniguchi.
 La edición de Ponent Mon hay que catalogarla como correcta, en tapa dura, sentido de lectura occidental, y dividiendo esta adaptación en dos volúmenes que, aunque podría haberse reunido en un solo tomo, no resulta excesivo su publicación en dos partes.
 Bueno, lo dicho ya hasta la saciedad una y otra vez: Taniguchi tiene un no sé qué, te transmite unas sensaciones en cada una de sus obras que, a mí personalmente, me hace disfrutar casi siempre de unos muy buenos  momentos de lectura de alta calidad, todo ello apoyado con un dibujo preciosista y detallista. Esperemos continuar disfrutando del maestro mucho tiempo. Son de esos placeres a los que vale la pena no renunciar jamás y saborear lentamente.